La presidenta Claudia Sheinbaum anunció en su conferencia matutina que incluirá la eliminación del fuero constitucional para diputados y senadores en su propuesta de reforma electoral, prevista para diciembre. La medida, que presentará por escrito a la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, busca alinear a México con principios de igualdad ante la ley, asegurando que los legisladores enfrenten procesos judiciales sin inmunidad.
«La presidenta no tiene fuero, los diputados y senadores tampoco deben tenerlo. ¿Por qué tiene que haber fuero? Eso es del pasado», afirmó Sheinbaum, subrayando que la reforma entraría en vigor para las elecciones federales de 2030, no las intermedias de 2027, por «riesgos» de implementación.
El fuero, consagrado en los artículos 61 y 111 de la Constitución, protege a legisladores de detenciones o juicios penales sin un desafuero previo, un mecanismo histórico para evitar persecuciones políticas, pero criticado por fomentar impunidad. Sheinbaum, en su plan de 100 puntos iniciado el 1 de octubre de 2024, lo considera un rezago que perpetúa privilegios.
«Es un pendiente clave», dijo, proyectando un México donde «nadie esté por encima de la ley».
Un debate que divide: Igualdad vs. tradición
La propuesta desató reacciones inmediatas. En X, #EliminarFuero trendió con miles de menciones, desde apoyos como «¡Por fin, igualdad real!» hasta críticas opositoras: «Sin fuero, el gobierno podría perseguir a adversarios». Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado, respaldó: «Es un paso hacia la transparencia», aunque pidió blindar a legisladores contra represalias políticas. Por su parte, el panista Ricardo Anaya, blanco reciente de críticas de Sheinbaum por su exilio, advirtió: «Es una trampa para acallar disidencias».
La reforma electoral, en preparación por la Comisión Presidencial, incluirá otros ajustes: reducción de plurinominales, voto electrónico y financiamiento a partidos, según fuentes cercanas a la Secretaría de Gobernación. Sheinbaum, quien renunció al fuero presidencial al asumir el cargo, busca un cambio estructural antes de 2030, cuando espera que Morena consolide su «segunda etapa de transformación».
Contexto y retos: Del fuero a la justicia
El fuero ha sido un escudo controvertido: en 2023, solo tres desafueros prosperaron, todos ligados a casos de corrupción, según la FGR. Su eliminación requeriría reformar la Constitución con mayoría calificada, un desafío en un Congreso polarizado. Analistas como Denise Dresser ven en la propuesta un «golpe simbólico» contra la clase política, pero advierten riesgos de instrumentalización judicial si no se garantizan contrapesos.
Sheinbaum, en su mañanera, enfatizó: «Todavía tenemos tiempo para construir una reforma sólida». La iniciativa, que incluye consultas ciudadanas, busca evitar los «riesgos» de cambios apresurados, como en 2027, cuando se renovarán gubernaturas clave. En un México donde el 70% de la población desconfía de los legisladores (INEGI), eliminar el fuero podría ser un punto de inflexión. Por ahora, la presidenta planta la semilla de una igualdad legal que resuena, pero cuya cosecha dependerá del Senado y de un debate que apenas comienza.
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