La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo rechazó este lunes las críticas del expresidente Ernesto Zedillo, quien en una entrevista con el diario español El Mundo acusó a su gobierno y al de Andrés Manuel López Obrador de haber “destruido la democracia mexicana”. En su conferencia matutina, Sheinbaum defendió que México vive “el momento de mayor democracia y libertad”, citando elecciones directas para los tres poderes y un auge en la libertad de expresión.
“Que el pueblo decida quién lo gobierna”, enfatizó, contrastando con el “autoritarismo del PRI” que ambos conocieron.
Zedillo, quien gobernó de 1994 a 2000, calificó a Sheinbaum como “cómplice” de López Obrador en el desmantelamiento de instituciones, como la reforma judicial y la militarización de la seguridad.
“La joven democracia mexicana ha muerto”, afirmó, alertando sobre un “autoritarismo único en el mundo” donde Morena copia “lo peor del PRI”.
En redes, su entrevista generó revuelo, con usuarios tundiendo sus palabras como “desesperadas” o defendiendo su visión de retroceso democrático.
Democracia del pueblo: Lincoln como escudo
Sheinbaum invocó a Abraham Lincoln para redefinir la democracia: “Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Subrayó que México elige directamente al Ejecutivo, Legislativo y, ahora, al Judicial tras la reforma de 2024. “Imagínense la contradicción: ¿qué no es democracia que el pueblo elija?”, cuestionó, aludiendo a las protestas contra la elección popular de jueces.
La mandataria, quien vivió los fraudes electorales del PRI, contrastó: “Nunca había habido tal libertad de expresión. Digan lo que digan”. Citó la ausencia de censura y el derecho a reunión como pruebas de un México más abierto que en épocas pasadas.
No es la primera réplica. En abril, Sheinbaum ironizó: “Ahora resulta que Zedillo es el paladín de la democracia”, acusándolo de buscar relevancia tras perder credibilidad opositores como Ricardo Anaya o Enrique Krauze. Zedillo contraatacó en Letras Libres, reafirmando que la reforma judicial “destruyó” contrapesos y creó un “Estado policial”.
Analistas como Azucena Uresti en Radio Fórmula destacaron el choque: “Sheinbaum ejemplifica con elecciones; Zedillo, con instituciones perdidas”. Encuestas de El Financiero muestran que el 62% de mexicanos percibe mayor participación ciudadana bajo Morena, pero el 45% teme por la independencia judicial.
Ecos en la 4T: Libertad vs. autoritarismo
Sheinbaum extendió su defensa a temas como la supresión de órganos autónomos: “El pueblo no es la élite; es quien decide”. Recordó que bajo Zedillo, la crisis de 1994 y el “error de diciembre” erosionaron confianza, mientras hoy hay “absoluta libertad” pese a críticas.
El intercambio revive tensiones post-reforma. Zedillo, desde Yale, urge revertir lo que llama “tiranía moderna”. Sheinbaum, con 60% de aprobación según Mitofsky, apuesta por el pueblo como árbitro. En un país polarizado, esta “mañanera” no solo responde a Zedillo, sino que redefine la narrativa: ¿libertad máxima o destrucción sutil? El veredicto, en las urnas de 2026.
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