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    Cybertruck patrulla: drones, Starlink y escudos desmontables — así son las patrullas ‘badass’ que usa Jalisco

    La llegada de las Cybertruck alquiladas por el gobierno de Jalisco transforma la imagen de la seguridad pública en el estado: vehículos equipados con drones listos para despegar, internet satelital de Starlink, puertas que funcionan como escudo antibalas y paneles de control para seguimiento en tiempo real. Estas camionetas, modificadas con la suite de Oracle, se venden como centros de mando móviles. La pregunta que queda en el aire es directa: ¿mejoran la seguridad o sólo añaden espectáculo y riesgo de militarización en zonas civiles? Este texto desmenuza lo que traen, para qué sirven y cuáles son los puntos críticos que no conviene ignorar.

    Oracle presentó en su conferencia las capacidades que la Cybertruck puede ofrecer con su paquete de seguridad. Según la compañía, la plataforma aprovecha la telemetría y cámaras integradas y las amplía con una capa de hardware y software que facilita la labor policial y militar. La empresa habla de respuestas más rápidas y mejor coordinación. Los gobiernos, en cambio, deben rendir cuentas sobre costos, usos y límites legales cuando estas unidades se despliegan en entornos civiles.

    La Cybertruck como vehículo base aporta autonomía eléctrica y un diseño robusto. Oracle añadió dos baterías extra para mantener drones, iluminación y electrónica sin mermar la autonomía. También integró internet satelital para mantener conectividad en zonas remotas y redundancia 5G para mantener enlace cuando el satélite cae. Además, el sistema facilita la transmisión de video en vivo hacia centros de comando y permite ver la ubicación de oficiales en tiempo real. Todo esto se presenta como ventaja operativa; también plantea riesgos sobre vigilancia masiva y privacidad.

    Entre los gadgets que más llaman la atención está el dron de despliegue inmediato. Oracle mostró un mecanismo que, dicen, deja el dron listo para volar en segundos. Eso reduce tiempos de respuesta, pero añade una capa de complejidad: ¿qué protocolos de uso existen para evitar errores en zonas densamente pobladas? Otro elemento es la puerta desmontable que funciona como escudo antibalas y como punto de agarre táctico. Es funcional en francotácticas, pero convierte un vehículo policial en un objeto militarizado altamente visible.

    En Jalisco, el gobernador Pablo Lemus rentó tres Cybertruck por 36 meses. Según el gobierno estatal, el objetivo es inteligencia y apoyo en operativos frente al crimen organizado que opera en la entidad. Cada unidad tendría un costo superior a dos millones de pesos; el monto total y condiciones del contrato merecen transparencia pública. Cuando el gasto tiene tintes de espectáculo, la ciudadanía debe exigir pruebas de eficacia y marcos que limiten abusos.

    La tecnología y el equilibrio civil-militar

    La suite de Oracle es modular y puede instalarse en otros vehículos. La empresa lo dejó claro: el Cybertruck es gran pieza de marketing, pero el sistema funciona igual en Ford, Dodge o Chevrolet. Eso significa dos cosas: primero, que la tecnología se puede escalar; segundo, que el riesgo de proliferación táctica crece si no hay controles. Un sistema que facilita el rastreo constante y la transmisión de imágenes en vivo puede mejorar la detención de criminales, pero sin protocolos claros puede devenirse en herramienta de acoso, espionaje interno o uso desproporcionado de la fuerza.

    Los cuerpos policiacos y militares suelen justificar equipos así como «necesarios» para enfrentar a organizaciones armadas. No es falso: grupos como el Cártel Jalisco Nueva Generación han llevado la violencia a otro nivel y requieren recursos. Pero la respuesta tecnológica no puede sustituir la mejora institucional: investigaciones, corte de corrupción y políticas públicas que reduzcan incentivos al crimen. Comprar hardware espectacular no resuelve la causa raíz.

    Tampoco es baladí la relación costo-beneficio. Tres camionetas de más de dos millones cada una —rentas por 36 meses— suman una inversión alta. ¿Cuántas patrullas convencionales, formación o sistemas de inteligencia social se podrían financiar con ese dinero? El debate técnico debe mezclarse con prioridades públicas. Además, la integración de Starlink y redes 5G introduce dependencias tecnológicas de proveedores privados que deben regirse por contratos con cláusulas de seguridad y transparencia.

    La presentación pública de la suite como ‘state of the art’ funciona bien en conferencias y notas de prensa. Pero en la calle existen preguntas prácticas: ¿qué protocolos de privacidad y retención de datos se aplican? ¿Quién controla los drones y con qué reglas de uso? ¿Se limitará el empleo táctico a operaciones con orden judicial? La ciudadanía merece respuestas antes de normalizar la circulación de patrullas con apariencia militar.

    En síntesis, las Cybertruck patrulla son una muestra de cómo la tecnología puede intensificar las capacidades de respuesta policial. Traen ventajas operativas reales: conectividad permanente, despliegue rápido de drones y capacidades de mando móvil. Al mismo tiempo, abren debates urgentes sobre militarización, transparencia de contratos, protección de datos y prioridades presupuestales. No hay duda de que son llamativas; la duda es si serán efectivas y responsables.

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