Tras cumplir una condena de 40 años por su papel en el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena, Ernesto Fonseca Carrillo, conocido como ‘Don Neto’, ha emprendido una nueva batalla judicial: recuperar los bienes, cuentas bancarias y propiedades que fueron aseguradas durante su arresto hace cuatro décadas. A sus 95 años, el exlíder del Cártel de Guadalajara presentó una demanda de amparo contra el Estado mexicano, alegando que ya cumplió su deuda con la justicia y que sus recursos deben ser devueltos.
La demanda de un capo que ya cumplió su condena
La acción legal fue presentada después de que Fonseca Carrillo obtuviera su libertad el 5 de abril de 2025. De acuerdo con documentos citados por el diario Reforma, el exnarcotraficante solicitó a la Fiscalía General de la República (FGR) el levantamiento de los aseguramientos sobre sus cuentas y bienes inmuebles. También pidió la intervención de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) para que supervise el cálculo y devolución de los montos retenidos.
Sin embargo, una jueza federal en la Ciudad de México rechazó admitir el amparo, ya que Fonseca había interpuesto un recurso similar ante un Tribunal Colegiado en Materia Penal. Ante esa negativa, su defensa presentó una impugnación con el propósito de reabrir el caso y forzar una revisión judicial.
Si el proceso avanza, la CNBV sería responsable de verificar el estado de las cuentas y establecer los montos exactos a devolver. Hasta ahora, ni la FGR ni la Secretaría de Hacienda han emitido postura pública sobre la demanda.
Del encierro al intento por recuperar su fortuna
‘Don Neto’ fue detenido el 7 de abril de 1985 en Puerto Vallarta, Jalisco, y pasó por prisiones de máxima seguridad como el Altiplano, Occidente y el Reclusorio Norte. En 2016, obtuvo la autorización judicial para cumplir el resto de su condena en arresto domiciliario por motivos de salud, luego de ser diagnosticado con artritis severa y un tumor de colon. Desde entonces, permaneció en su residencia del Fraccionamiento Hacienda Valle Escondido, en Atizapán, Estado de México, hasta que concluyó su sentencia.
Su historia está estrechamente ligada al origen del narcotráfico moderno en México. Junto con Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo, fundó el Cártel de Guadalajara, organización pionera en la coordinación del tráfico de drogas hacia Estados Unidos en los años ochenta.
El caso Camarena: un crimen que marcó a México
El secuestro y asesinato de Enrique “Kiki” Camarena, agente de la DEA, en 1985, cambió la historia del narcotráfico mexicano. Las investigaciones estadounidenses señalaron directamente a los tres fundadores del cartel como responsables de planear y ejecutar el crimen, tras el decomiso de miles de toneladas de marihuana en el rancho El Búfalo, Chihuahua.
De acuerdo con fiscales estadounidenses, Camarena fue torturado durante 30 horas, mientras un médico mantenía su conciencia mediante narcóticos. Su muerte generó una crisis diplomática entre México y EE. UU. y llevó al desmantelamiento de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), acusada de proteger a los capos.
Los fundadores del Cártel de Guadalajara: destinos cruzados
Tras el caso Camarena, Fonseca Carrillo fue condenado a 40 años de prisión. Félix Gallardo, “El Jefe de Jefes”, sigue recluido en Puente Grande, Jalisco, y espera que se le otorgue prisión domiciliaria. En cambio, Rafael Caro Quintero fue extraditado a Estados Unidos en febrero de 2025 y enfrenta cargos por narcotráfico, crimen organizado y asesinato. Aunque los fiscales descartaron solicitar la pena de muerte, podría ser condenado a cadena perpetua.
El intento de ‘Don Neto’ por recuperar su fortuna abre un nuevo capítulo judicial en una historia que marcó el nacimiento de los grandes cárteles mexicanos. Su caso reaviva el debate sobre los límites del Estado para conservar bienes incautados y la vigencia de las penas tras el cumplimiento de una condena.
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