El elenco completo de “El Chavo del 8” fue contratado en 1986 por el Cártel de Cali para celebrar la primera comunión de la hija de un capo colombiano. Según registros y entrevistas, los artistas desconocían que el evento estaba organizado por líderes del narcotráfico, y la suma pagada ascendió a 220 mil dólares, equivalentes a más de 189 millones de pesos de la época.
En 1986, el Cártel de Cali organizó una de las fiestas privadas más comentadas de la historia del espectáculo latinoamericano al contratar al elenco completo de “El Chavo del 8” para un evento infantil en Bogotá. La historia, confirmada por testimonios, registros policiales y fotografías, evidencia la popularidad que la serie mexicana tenía incluso en los círculos del narcotráfico sudamericano.
Fernando Rodríguez Mondragón, hijo de Gilberto Rodríguez Orejuela —conocido como “El ajedrecista” y uno de los líderes del cártel— relató en entrevista que la contratación del elenco, encabezado por Roberto Gómez Bolaños (“Chespirito”), incluyó a figuras como María Antonieta de las Nieves (“La Chilindrina”), Rubén Aguirre (“El Profesor Jirafales”) y Édgar Vivar (“El Señor Barriga”). El motivo fue la primera comunión de la hija de José “Chepe” Santa Cruz, otro capo de la organización, que decidió contratar al grupo porque se trataba de una celebración para niños.
El pago por el espectáculo ascendió a 220 mil dólares estadounidenses, equivalentes a más de 189 millones de pesos mexicanos de la época, según el tipo de cambio de 1986, una cifra que hoy representaría aproximadamente 189 mil pesos actuales tras la revaluación monetaria de 1993. Además, investigaciones posteriores revelaron que otros artistas, como Juan Gabriel, habrían recibido sumas mayores por actuaciones similares en eventos privados de narcotraficantes.
El secreto detrás del contrato y la sorpresa de los artistas
María Antonieta de las Nieves, en entrevista con Reforma en 2007, explicó que todo el elenco fue contratado a través de intermediarios, específicamente por gestión de Horacio Gómez Bolaños, hermano de Chespirito y representante del grupo. “Nos contrataron por medio de terceros, y la contratación la hizo nuestro representante”, dijo De las Nieves, subrayando que desconocían la verdadera identidad de los anfitriones y sólo supieron la realidad tras hacerse pública la información.
La celebración tuvo lugar en el hotel Hilton de Bogotá e incluyó la presencia de los personajes centrales del programa, como Florinda Meza, Rubén Aguirre y Angelines Fernández. Roberto Gómez Bolaños, por su parte, declaró que nunca investigaba la profesión de quienes contrataban los shows y que él mismo no estuvo presente en la celebración.
Carlos Villagrán, conocido como Quico, relató por separado que fue contactado en Colombia por enviados de Pablo Escobar, quienes le ofrecieron hasta un millón de dólares por una actuación privada en una fiesta familiar. Villagrán rechazó la propuesta por un impedimento contractual y abandonó el país antes de lo planeado, debido al temor que le generó el encuentro.
“Al haberme negado me entró mucho miedo poco después, porque a diario me llevaban por diferentes caminos al circo y al hotel”, recordó el actor, enfatizando que durante la famosa presentación del Cártel de Cali él ya no formaba parte del elenco y que fueron todos los demás miembros quienes sí trabajaron para Pablo Escobar.
La contratación del elenco de “El Chavo del 8” para un evento privado de narcotraficantes revela la influencia cultural que la serie tuvo en toda Latinoamérica, traspasando fronteras y llegando incluso a los entornos más inesperados y peligrosos. A pesar del contexto, los artistas sólo cumplían con su labor artística, sin tener conocimiento de las conexiones ilícitas de quienes los habían contratado.
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