El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, se reunieron este miércoles en Washington para revisar avances en la agenda de seguridad bilateral. El encuentro, calificado como «muy productivo» por De la Fuente, da continuidad al diálogo iniciado durante la visita de Rubio a México en septiembre pasado.
El diálogo se centró en el programa acordado el 3 de septiembre, tras la reunión de Rubio con la presidenta Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional. Este marco bilateral enfatiza responsabilidad compartida, confianza mutua y colaboración sin subordinación. De la Fuente, acompañado por el subsecretario Roberto Velasco Álvarez y el embajador Esteban Moctezuma, destacó el respeto a la integridad territorial.
Ambos líderes repasaron operativos conjuntos y el intercambio de inteligencia. Rubio, en septiembre, elogió: «México ha hecho mucho para enfrentar a los cárteles». La colaboración ha sido «histórica», con un nivel de coordinación inédito en seguridad.
Elogios y datos que Impulsan la alianza
Datos contundentes respaldan el progreso. México ha facilitado la captura o extradición de más de 50 presuntos miembros de organizaciones delictivas buscados por EE. UU. Esto incluye avances contra el tráfico de armas, robo de combustible y detección de túneles fronterizos. El fentanilo, principal amenaza a la salud pública en ambos países, ocupa un lugar central.
Rubio reiteró su compromiso: «Estamos viendo un esfuerzo real por parte del gobierno mexicano para atacar a las organizaciones criminales. Esta cooperación es esencial para la seguridad de ambos países». En respuesta, EE. UU. impulsará medidas para frenar el flujo de armas y dinero ilícito hacia México.
«Tenemos que detener el flujo de armas y dinero ilícito hacia México. Esta no es solo su lucha, es nuestra lucha compartida», enfatizó el secretario.
Como resultado, acordaron nuevas estrategias bilaterales. Destaca la creación de un mecanismo de supervisión de alto nivel para evaluar avances contra el crimen organizado transnacional. Además, se intensificará el entrenamiento especializado y la tecnología compartida.
Cortafuegos contra amenazas comunes
La reunión también aludió a iniciativas recientes. El 27 de septiembre, en McAllen, Texas, se instaló el Grupo de Implementación de Seguridad México-EE.UU., que supervisa acciones contra el narco. Se lanzó la «Misión Cortafuegos», enfocada en interrumpir el tráfico de armas: más operativos fronterizos, ampliación del sistema eTrace a los 32 estados mexicanos y análisis forense conjunto.
Otro pilar: un grupo contra finanzas ilícitas transfronterizas, para detectar y bloquear flujos de dinero ilegal. En 2024, el robo de combustible generó pérdidas de 177 mil millones de pesos en México, con 18 mil millones de litros ilícitos desde EE.UU. Ambas naciones acordaron compartir datos aduaneros sobre manifiestos de carga y reforzar inspecciones.
De la Fuente resumió al salir: «Tuvimos una reunión muy productiva con el secretario Rubio y su equipo para dar seguimiento al programa de cooperación de seguridad fronteriza». Rubio, por su parte, conversó sobre mejorar la seguridad fronteriza, acabar con la inmigración ilegal y promover prosperidad económica.
Los cárteles mexicanos representan una amenaza directa a la seguridad nacional de EE. UU., según Washington. Sin embargo, Rubio insistió: solo se enfrentará «de manera conjunta, con respeto y corresponsabilidad». Este encuentro reposiciona la agenda en un momento clave, ante presiones como la tregua arancelaria de Trump.
La cooperación avanza con resultados tangibles. México muestra compromiso; EE. UU., reciprocidad. El desafío persiste, pero el diálogo fortalece la frontera compartida.
También te puede interesar: Claudia Sheinbaum confía en preservar T-MEC y ampliarlo con Estados Unidos: Anticipa trato preferencial