El aplazamiento de la sentencia de Ismael «El Mayo» Zambada abrió un nuevo capítulo en uno de los procesos criminales más relevantes para la cooperación judicial entre México y EE. UU. La defensa del histórico líder del Cártel de Sinaloa pidió más tiempo para integrar documentos clave, debido a las dificultades para obtener información y testimonios desde México, un país que, según argumentó su abogado, enfrenta “violencia e inestabilidad” que entorpecen comunicaciones, viajes y confirmaciones de testigos. El juez aceptó la solicitud y movió la audiencia tres meses hacia adelante, una decisión que vuelve a extender un caso que ya se ha prolongado por más de un año.
Defensa a contrarreloj por falta de información
Zambada, quien se declaró culpable en agosto pasado de narcotráfico, lavado de dinero y uso de armas, enfrentaría una pena de cadena perpetua. La audiencia estaba programada para el 13 de enero de 2026. Sin embargo, su abogado, Frank Pérez, afirmó que no ha logrado obtener cartas, declaraciones y material de contexto necesario para la sentencia. Según su moción, la defensa ha enfrentado retrasos severos en viajes y comunicaciones con testigos y familiares, lo que ha limitado la construcción del documento de exposición que debe presentarse ante la Corte.
Pérez también señaló que las dificultades operativas se vinculan directamente con la situación de seguridad en México. El fiscal adjunto Francisco Navarro no se opuso a la ampliación del plazo, un punto que facilitó la decisión judicial.
El juez Brian Cogan fijó el nuevo calendario: la defensa deberá entregar sus documentos antes del 30 de marzo, la Fiscalía tendrá hasta el 6 de abril para responder y la sentencia se realizará el 13 de abril de 2026 a las 10:00 de la mañana en una Corte federal de Brooklyn.
Un líder histórico señalado por más de tres décadas de narcotráfico
‘El Mayo’, considerado uno de los fundadores del Cártel de Sinaloa, acumuló acusaciones en 16 tribunales federales de EE. UU. desde 2009. En su acuerdo de culpabilidad aceptó haber dirigido una organización criminal desde 1989 hasta 2024 y haber participado en operaciones masivas de tráfico de drogas, lavado de recursos y uso de armas.
La caída de Zambada ocurrió en julio de 2024 en el aeropuerto de Santa Teresa, Nuevo México, cuando aterrizó en una avioneta acompañado de Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín «El Chapo» Guzmán. Zambada asegura que fue traicionado por él y entregado deliberadamente a las autoridades estadounidenses.
La Fiscalía sostiene que Zambada es una figura esencial en la estructura del narcotráfico internacional, con influencia operativa incluso después de la captura de El Chapo. Para el Gobierno de EE. UU., su condena es una pieza más en la ofensiva contra las organizaciones criminales que operan desde México.
Un proceso que impacta la cooperación bilateral
El aplazamiento de la sentencia ocurre en medio de un contexto político tenso. Las declaraciones recientes del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre posibles acciones más agresivas contra los cárteles mexicanos han elevado la presión diplomática. En México, la presidenta Claudia Sheinbaum descartó la posibilidad de una intervención militar y defendió que cualquier operación debe respetar la soberanía nacional.
Aun con esa tensión, los dos países continúan compartiendo información y sosteniendo procesos judiciales de gran impacto, como el caso Zambada, visto como una prueba de cooperación que permite a Washington procesar a líderes criminales mientras México maneja su propia agenda de seguridad.
La defensa del capo argumenta que el entorno actual en México complica las gestiones elementales para un juicio de este nivel. Aunque la Corte permitió el aplazamiento, no modificó las condiciones de reclusión ni los términos del acuerdo de culpabilidad.
Un desenlace que marcará un precedente
El caso de ‘El Mayo’ es uno de los últimos procesos de gran escala contra un líder del Cártel de Sinaloa. Su sentencia, ahora programada para abril, no solo definirá el futuro de uno de los personajes más longevos del narcotráfico, sino que podría influir en la cooperación entre ambos países en un periodo clave para la revisión del T-MEC y el clima bilateral en materia de seguridad.
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