La historia criminal de México no puede contarse sin nombrar a los líderes que moldearon las rutas, la violencia y la expansión global del narcotráfico. Entre ellos, tres figuras destacan por el impacto de sus acciones y por la herencia de muerte, corrupción y poder que dejaron: Héctor Beltrán Leyva, Joaquín “el Chapo” Guzmán y Nemesio Oseguera Cervantes, alias “el Mencho”.
Héctor Beltrán Leyva: el “Ingeniero” de la violencia
Héctor Beltrán Leyva, conocido como “El H”, “El Ingeniero” y “La Muerte”, fue el último de los hermanos en liderar el cártel que lleva su apellido. Durante su liderazgo, transformó a la organización en una de las más violentas del país, al romper con sus antiguos aliados del Cártel de Sinaloa y enfrentarlos en su propio territorio.
Héctor se caracterizó por su bajo perfil y precisión operativa. Fue capturado en un restaurante en San Miguel de Allende, donde se hacía pasar por comerciante. Estaba acusado de tráfico y venta de cocaína, heroína y marihuana, además de ser un símbolo del cambio de paradigma del crimen organizado: discreción, violencia estratégica y poder financiero.
Joaquín “el Chapo” Guzmán: el narco global
Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, mejor conocido como “el Chapo”, es probablemente la figura más emblemática del narcotráfico mexicano a nivel mundial. Líder del Cártel de Sinaloa, construyó un imperio que movía toneladas de droga a través de túneles, aviones, trenes y submarinos hacia Estados Unidos, Europa y Asia.
“El Chapo” operó una sofisticada red de lavado de dinero mediante contrabando de efectivo, tarjetas bancarias y empresas fachada, como una compañía de jugos y otra de harina de pescado. Su red de corrupción incluía policías, guardias penitenciarios, militares e incluso funcionarios electos.
Apodado “el Rápido” por su eficacia en los envíos, su poderío se sustentó en un ejército de sicarios y una compleja estructura logística. Fue detenido y extraditado a EE.UU., donde hoy cumple cadena perpetua.
“El Mencho”: el heredero de la guerra
Tras la captura del “Chapo”, el nuevo rostro del narcotráfico mexicano es Nemesio Oseguera Cervantes, alias “el Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Ex policía municipal en Jalisco, su ascenso criminal fue meteórico tras heredar parte del Cártel de Los Valencia.
El CJNG ha extendido su influencia a más de la mitad del territorio nacional y ha incursionado en mercados internacionales, especialmente en el tráfico de metanfetaminas. Su éxito se debe al uso de tecnología, drogas sintéticas, lavado de dinero mediante empresas legales y una violencia desmedida.
“El Mencho” ha sabido explotar la debilidad institucional del país: sobornos, extorsión, dominio de puertos como Manzanillo y Lázaro Cárdenas para importar precursores químicos, e intimidación de autoridades. Pese a ser uno de los más buscados por México y EE. UU., su paradero sigue siendo desconocido.
Tres rostros, un mismo legado
Aunque otros nombres también han dejado huella —como Amado Carrillo Fuentes, Ismael “el Mayo” Zambada, los hermanos Arellano Félix o Rafael Caro Quintero—, estos tres capos definen etapas clave en la evolución del crimen organizado en México.
Del viejo narco agrícola al cártel empresarial y luego al imperio digital y sintético del siglo XXI, Beltrán Leyva, Guzmán Loera y Oseguera Cervantes encarnan la transformación de un fenómeno que sigue desafiando al Estado mexicano, la seguridad regional y la justicia internacional.
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