Más de un año después del estallido de la guerra interna en el Cártel de Sinaloa, una presunta alianza entre Los Chapitos –facción liderada por Iván Archivaldo Guzmán Salazar– y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) de Nemesio Oseguera Cervantes, «El Mencho», ha reconfigurado el poder criminal en el estado. Esta coalición, reconocida por la DEA en su informe 2025, se centra en combatir a La Mayiza de Ismael Zambada Sicairos, «Mayito Flaco», y domina regiones clave como la sierra y la costa sur. ¿Quién gana terreno? ¿Qué zonas caen bajo su yugo? La alianza Chapitos-CJNG responde a necesidades tácticas, pero podría gestar un «supercártel» con ecos globales.
La alianza surgió a finales de 2024, impulsada por la captura de líderes de seguridad de Los Chapitos. Audias Flores Silva, «El Jardinero», operador clave del CJNG, asumió como jefe de protección de los Guzmán, formalizando intercambios de rutas de droga, apoyo armado y refugios.
«El acuerdo implica colaboración transaccional, restringida a zonas estratégicas», detalla un análisis de InSight Crime de octubre 2025.
La DEA advierte: esta unión expande territorios y acceso a corruptos, alterando el equilibrio criminal en México y la frontera EE. UU..
Sombras en la sierra: Dominios disputados
En el noroeste, enclaves montañosos como Tres Sitios, La Tuna y San José del Llano sirven de bastión para Aureliano Guzmán Loera, «El Guano», hermano de Iván. Aquí, la alianza Chapitos-CJNG resiste avances de La Mayiza con logística compartida. Más al centro, Mojolo y Loma de Rodriguera, bajo «El R7» Zazueta y «El Coco» Castañeda, facilitan trasiego y producción clandestina.
Navolato emerge como zona de fricción: Juan Carlos Bernal Zazueta, «El 11», jefe de plaza de Los Chapitos, habría desertado a La Mayiza, dejando el control inestable. Aguaruto y Piedras Blancas, con «El Alacrán» Vega y «El 7» Navidad, actúan como hubs logísticos. «El Pozo», de «Jiny» Félix, refuerza el resguardo. El periodista Óscar Balderas, en reportes para Infobae, confirma: estos pactos incluyen refugios compartidos para evadir redadas.
La violencia no cesa. En 2025, Sinaloa acumula 1,209 homicidios, un 400% más en zonas de disputa, según datos de Noroeste citados por CrashOut. La DEA estima que la coalición podría heredar rutas de fentanilo, elevando flujos a EE. UU.
Costa sur: De playas a campos de batalla
Al sur, la alianza Chapitos-CJNG proyecta poder en Mazatlán, Villa Unión, Elota, Concordia y Rosario. «El 40» Barraza domina Mazatlán, epicentro turístico convertido en ruta de armas. En Elota, «El Chatillo» Erenas Valenzuela coordina con «El Jardinero» para incursiones. Concordia y Rosario, bajo «El Casco» Martínez, ven patrullas mixtas: en junio, un video viral en Cacalotán mostró a 50 hombres armados del CJNG frente a la iglesia, gritando lealtad a «Iván y El Mencho».
La Sedena incautó un fusil Barrett .50 en la zona, sin vincularlo oficialmente, pero evidenciando escalada. InSight Crime describe esto como «cooperación táctica»: el CJNG gana frontera norte vía Sinaloa, mientras Los Chapitos repelen a La Mayiza. Expertos como Ioan Grillo alertan: «Esta unión podría nacer un supercártel, modificando el equilibrio nacional».
Negación oficial: ¿Realidad o cortina de humo?
El gobierno federal lo desmiente. Omar García Harfuch, secretario de Seguridad, afirmó en agosto: «No hay indicios de alianza Chapitos-CJNG; son tácticas de intimidación». Sin detenciones que lo prueben, insiste en que mantas y videos siembran confusión.
Pero evidencia contradice: la DEA confirma en su NDTA 2025 la coalición, con potencial para «disrupción significativa». David Saucedo, analista, ve al CJNG como «ganador neto»: apoyo limitado a Chapitos, pero herencia de plazas al colapsar.
La célula Fuerzas Especiales Unión, leal a ambos, opera en Baja California, extendiendo la alianza a Mexicali para fentanilo y armas. Balderas advierte: reveses como la muerte de «La Perris» forzaron este pacto asimétrico.
Ecos de un nuevo orden: ¿Hacia el supercártel?
La alianza Chapitos-CJNG trasciende Sinaloa: pactos territoriales ceden Nayarit y Zacatecas al CJNG, mientras Guzmán retiene Sonora y Durango. En EE. UU., apuntan a Chicago y Phoenix, ex plazas de Zambada.
Grillo y Guerrero pronostican guerras regionales: «Podría remodelar el mapa criminal, con CJNG como corona». Para Sinaloa, secuelas violentas por una década, según Balderas. La paz social pende de un hilo en estos dominios de la alianza, donde el Estado de derecho se diluye en balas y traiciones.
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