El Gobierno de Quintana Roo, en coordinación con ejidatarios locales, anunció una campaña de reforestación para mitigar el impacto ambiental del Tren Maya en los tramos 6 y 7, que afectaron más de 6,000 hectáreas de selva en el estado. El proyecto se centra en 40 hectáreas en el ejido Santa Elena, al sur de Chetumal, donde se plantarán especies como mangle rojo, caoba, cedro y ciricote para restaurar la diversidad forestal y generar beneficios económicos para las comunidades. Esta iniciativa, impulsada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), responde a demandas de ambientalistas y busca equilibrar el desarrollo con la conservación del ecosistema maya.
El Tren Maya, inaugurado en diciembre de 2023, ha sido criticado por deforestar 6,018 hectáreas en Quintana Roo durante su construcción, según un estudio del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS) basado en imágenes satelitales de enero de 2024. Los tramos 5, 6 y 7 —de Cancún a Escárcega— fueron los más afectados, con 2,015 hectáreas en el tramo 5, 2,076 en el 6 (Tulum-Chetumal) y 1,927 en el 7. La reforestación, que comenzó en octubre de 2025, divide las 40 hectáreas en dos polígonos: uno para mangle rojo (protector costero) y otro para maderas preciosas, promoviendo la sostenibilidad y el empleo temporal para ejidatarios.
Hilario Huerta Ascensión, presidente del comisariado ejidal de Santa Elena, confirmó: «El Tren Maya impactó el hábitat natural, pero esta reforestación mitiga el daño y genera beneficios ambientales y económicos para los comuneros». Semarnat, liderada por Alicia Bárcena, reconoció daños en cavernas y cenotes, proponiendo regularizaciones y un 95% de cumplimiento de condicionantes ambientales, incluyendo reforestación integral.
Importancia de la reforestación: Equilibrio ecológico en Quintana Roo
La deforestación del Tren Maya ha afectado selvas medianas y ecosistemas frágiles en Quintana Roo, contribuyendo a la pérdida de biodiversidad y aumento de vulnerabilidad climática. Las 6,000 hectáreas taladas equivalen a un impacto en el acuífero maya, hogar de cenotes y manglares que protegen contra huracanes. Especies como caoba y cedro, nativas y de uso responsable, restauran hábitats para fauna endémica, mientras el mangle rojo mitiga erosión costera y captura carbono. Greenpeace México aplaudió el reconocimiento de daños, pero urgió participación ciudadana para una restauración integral, incluyendo protección de cenotes y boicot a granjas contaminantes.
En Chetumal, con su ecosistema costero, esta campaña no solo repara daños del Tren Maya, sino que fomenta empleo local y sostenibilidad, alineada con el Plan Nacional de Desarrollo 2024-2030.
Cómo Participar: Contacto con Ejidatarios y grupos locales
Para involucrarse, contacta al Ejido Santa Elena, responsable del proyecto. La caja ejidal se ubica en el Centro de Chetumal (77000), donde puedes inscribirte para jornadas de siembra. Hilario Huerta Ascensión, presidente del comisariado, invita a la comunidad: «Ven a sembrar y cuida el hábitat».
Si no obtienes respuesta, únete a grupos ecologistas locales como el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS) o Greenpeace México, que promueven campañas de reforestación en la Península de Yucatán. Contacta vía email (info@ccmss.org.mx) o su sitio web para voluntariados. En Chetumal, la Secretaría de Medio Ambiente estatal ofrece talleres mensuales; inscríbete en semarnat.qroo.gob.mx.
Esta reforestación, en 40 hectáreas divididas en polígonos, no solo compensa daños, sino genera empleo temporal y educa en sostenibilidad. Semarnat planea regularizaciones y un 95% de cumplimiento ambiental, presionando por protección de cenotes y manglares. Greenpeace insiste en participación ciudadana para evitar más daños en la Península.
En un Quintana Roo con 18 millones de turistas anuales, reforestar asegura equilibrio ecológico. Participa: contacta al Ejido Santa Elena o grupos locales para sembrar un futuro verde en Chetumal.
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