Ciudad Mayakoba se prepara para una nueva etapa de expansión a partir de 2026, luego de que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autorizara la fase 2 de este mega desarrollo inmobiliario ubicado al norte de Playa del Carmen. El proyecto contempla una inversión superior a los mil millones de pesos y la construcción de miles de viviendas, lo que vuelve a colocar el crecimiento urbano de la Riviera Maya en el centro del debate sobre desarrollo económico, planeación territorial y protección ambiental.
De acuerdo con la información contenida en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), la iniciativa fue promovida por un fideicomiso a nombre del banco Invex, una de las instituciones crediticias que impulsan la inversión dentro de Ciudad Mayakoba, considerado uno de los complejos habitacionales más grandes del municipio. La autorización federal permite avanzar en una etapa clave del proyecto, cuyos beneficios económicos se proyectan a mediano plazo.
El plan ejecutivo establece la construcción de dos mil 747 viviendas, con una inversión estimada en mil 26 millones de pesos. Según el documento ambiental, los trabajos comenzarán a rendir frutos a partir de 2026, en línea con la estrategia de expansión gradual del desarrollo inmobiliario. Para el sector de la construcción y los servicios asociados, el proyecto representa uno de los movimientos de capital más relevantes previstos para los próximos años en Playa del Carmen.
Empleo, derrama económica y operación a largo plazo
En su justificación ante la autoridad ambiental, la institución promotora sostuvo que el proyecto se enmarca en un modelo de “sustentabilidad” alineado con las políticas de desarrollo de la zona. “El proyecto considera el desarrollo de un complejo habitacional en un marco de sustentabilidad que atiende a las políticas de desarrollo del área en donde se ubica, trayendo consigo la generación de empleos, la activación de la derrama económica del sector, generación y captación de divisas”, señala el documento avalado por Semarnat.
De acuerdo con la MIA, la ejecución del proyecto permitirá la generación de aproximadamente 290 empleos directos e indirectos a lo largo de un periodo de 10 años. La operación del complejo está prevista para un lapso de hasta 99 años, lo que confirma que se trata de una apuesta de largo plazo en términos inmobiliarios y urbanos.
El estudio ambiental detalla que esta etapa contempla el impacto directo sobre 11.53 hectáreas, destinadas a la edificación inicial de 316 unidades habitacionales. Ciudad Mayakoba, en su conjunto, cuenta con una superficie de al menos 73 hectáreas, por lo que la fase autorizada se considera una de las más relevantes para continuar con la expansión del complejo.
Condicionantes ambientales bajo vigilancia
La autorización otorgada por Semarnat no está exenta de restricciones. En la zona donde se desarrollará el proyecto existe una importante comunidad de fauna silvestre, entre la que se han identificado especies como zorros, coatíes, mono araña, serpientes y murciélagos. Además, en áreas cercanas se ha reportado el paso del jaguar, especie emblemática y protegida en la región.
Ante este contexto, la autoridad ambiental federal impuso una serie de condicionantes que el desarrollador deberá cumplir de manera estricta. Estas medidas buscan mitigar los impactos sobre el ecosistema y garantizar la conservación de la fauna local. En caso de incumplimiento, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) estaría facultada para clausurar el proyecto.
Especialistas en medio ambiente y desarrollo urbano advierten que el crecimiento acelerado de Playa del Carmen exige una supervisión constante de este tipo de proyectos. Si bien la inversión y la generación de empleo son factores relevantes, el equilibrio entre expansión urbana y conservación ambiental sigue siendo uno de los principales retos para la región.
La expansión de Ciudad Mayakoba en 2026 abre una nueva etapa para el desarrollo inmobiliario del norte de Playa del Carmen. El desafío, subrayan analistas, será que la ejecución del proyecto cumpla con las condiciones ambientales y se traduzca en beneficios reales para la ciudad, sin profundizar los impactos sobre un entorno natural cada vez más presionado.
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