El Ayuntamiento de Lázaro Cárdenas atraviesa una crisis económica derivada del exceso de personal que mantiene en su nómina. El propio alcalde, Nivardo Mena Villanueva, reconoció que la plantilla laboral alcanza cerca de mil empleados, una cifra que está asfixiando las finanzas municipales y poniendo en riesgo la estabilidad económica del municipio.
Reconocen falta de control administrativo
Durante una entrevista reciente, el edil admitió que la nómina es “numerosa”, lo que calificó como un problema para su gestión. “Muchos en la nómina, lamentablemente para la administración y afortunadamente para quienes viven de esto”, declaró, evidenciando la falta de control sobre el gasto público y una débil estrategia administrativa para contener el incremento de personal.
Las declaraciones provocaron inconformidad entre habitantes y trabajadores municipales, quienes señalaron que la administración no ha implementado medidas de austeridad ni ha presentado un plan de reestructuración para sanear las cuentas públicas. La situación se agrava ante la cercanía del cierre de año, cuando el Ayuntamiento deberá enfrentar compromisos financieros como el pago de aguinaldos y prestaciones.
Advierten posible colapso financiero del municipio
Mena Villanueva reconoció que el municipio volverá a depender de adelantos de participaciones federales para poder cubrir el aguinaldo, que en 2024 superó los cinco millones de pesos. Sin embargo, no ofreció detalles sobre los mecanismos para evitar que la situación se repita, lo que incrementa el temor de que la administración continúe operando al borde del endeudamiento.
Fuentes internas del Ayuntamiento señalaron que, pese a la falta de recursos, continúan los contratos eventuales y la incorporación de nuevos empleados en áreas no prioritarias. El gasto en nómina representa actualmente el rubro más alto del presupuesto municipal, superando con creces la inversión en servicios públicos, infraestructura y programas sociales.
Ciudadanos cuestionan ineficiencia y opacidad
La ciudadanía de Kantunilkín ha comenzado a expresar su preocupación por la gestión del alcalde, a quien acusan de mantener un gobierno inflado, ineficiente y sin resultados visibles. “El pueblo necesita servicios, no más burócratas”, dijo uno de los vecinos, al señalar que las calles siguen sin mantenimiento y los servicios básicos se deterioran día con día.
Analistas locales coinciden en que el caso de Lázaro Cárdenas refleja un patrón común en varios municipios del estado: el uso político de las plazas laborales y la falta de planeación financiera. Sin una reestructuración profunda, el municipio podría enfrentar serios problemas para cumplir con sus obligaciones salariales y mantener su operatividad en 2026.
La administración de Mena Villanueva enfrenta ahora el reto de equilibrar las finanzas sin afectar los servicios públicos ni agravar el malestar social. Sin embargo, hasta el momento no ha presentado una estrategia clara ni ha asumido responsabilidad por la falta de control en la gestión del gasto municipal.
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