El gobierno municipal, encabezado por la presidenta Estefanía Mercado, realizó el conversatorio “Las voces de niñas y adolescentes se escuchan”, una iniciativa que busca colocar sus opiniones en el centro de las decisiones públicas. El evento, efectuado en el salón «Javier Rojo Gómez», reunió a 12 participantes que compartieron reflexiones sobre derechos, seguridad y crecimiento en entornos libres de violencia. La intención fue abrir un espacio real de escucha, con la mira puesta en fortalecer políticas públicas que atiendan sus necesidades y fomenten su participación activa en la vida comunitaria. Durante la jornada, autoridades municipales y representantes de diversas dependencias subrayaron la responsabilidad institucional de garantizar que cada niña crezca con oportunidades, respeto y protección.
Participación activa y compromiso institucional
El conversatorio se organizó en el marco del Día Naranja y estuvo a cargo del Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) y de la Primera Regiduría. En representación de la presidenta municipal, la primera regidora Milagros Álvarez destacó que escuchar a niñas y adolescentes no es un gesto simbólico, sino una obligación del gobierno local. Señaló que sus ideas y preocupaciones serán integradas a acciones concretas que permitan construir una Playa del Carmen más justa y segura.
Álvarez insistió en que toda niña debe crecer libre de miedo y rodeada de oportunidades. Subrayó que este foro no solo abre una vía de diálogo, sino que marca un precedente de cómo las autoridades deben moldear sus decisiones a partir de las voces más jóvenes de la comunidad. Además, hizo un llamado a funcionarios, docentes, sociedad civil y futuras administraciones para dar continuidad a este compromiso, con el fin de asegurar que la niñez se desarrolle en entornos de paz, con pleno acceso a sus derechos.
Por su parte, Yamile Domínguez, secretaria ejecutiva del SIPINNA en Playa del Carmen, resaltó que este tipo de espacios permite conocer cómo perciben las niñas las políticas y acciones gubernamentales. Afirmó que, aunque ellas son sujetas de derechos, las personas adultas tienen el deber de protegerlas y asegurarles una vida libre de violencia. Domínguez añadió que cada propuesta presentada será analizada con seriedad y trabajada para generar cambios reales que respondan a las necesidades expresadas durante el conversatorio.
Reflexión sobre derechos y construcción de comunidad
Durante la sesión, las participantes compartieron ideas sobre los derechos que consideran vulnerados por su condición de género. Hablaron de identidad, libertad de pensamiento, expresión y acceso a la información. También discutieron sobre educación, recreación, cultura y la importancia de crecer en entornos donde la violencia, los prejuicios y la discriminación no tengan cabida.
El conversatorio permitió que las niñas expresaran cómo se sienten respecto al acompañamiento de las instituciones y qué esperan de la sociedad. Varias participantes señalaron que necesitan espacios seguros para hablar sin temor, junto con oportunidades reales que fortalezcan su desarrollo personal. Estas ideas serán entregadas al SIPINNA para su análisis e integración en programas municipales.
La iniciativa también busca reforzar la gestión pública mediante una coordinación eficiente entre dependencias y la creación de mecanismos de participación ciudadana. El objetivo es construir una comunidad donde cada niña sepa que su opinión tiene valor, que es escuchada y que puede incidir en las decisiones que moldean su entorno.
Al evento asistieron las regidoras Josefina Muza, Danna Ramírez y Xelha Dehesa; el regidor Saúl Barbosa; la titular de igualdad de género, Marbella Hernández; representantes del DIF municipal como Yara Faride Briseño; así como integrantes de asociaciones civiles y dependencias deportivas. La presencia de diversas instituciones reflejó un compromiso colectivo para fortalecer políticas que protejan y empoderen a la niñez.
La propuesta final del conversatorio plantea que las niñas sean valoradas, escuchadas y cuenten con condiciones para decidir y diseñar su propio plan de vida. Se trata de un esfuerzo que pretende garantizar una gestión pública más sensible, cercana y capaz de promover entornos de cuidado, respeto y bienestar.
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