En Manchester, una banda innovadora llamada Bionic and the Wires está revolucionando la música al convertir hongos y plantas en verdaderos músicos. Fundada en 2023 por Jon Ross y Andy Kidd, esta agrupación bioeléctrica demuestra que la naturaleza puede tocar instrumentos, superando incluso a muchos humanos en creatividad. El «baterista» literal es un hongo, conectado a sensores que transforman sus señales eléctricas en ritmos electrónicos, mientras brazos robóticos ejecutan las notas en vivo. Este proyecto, que ensaya en el taller comunitario Boiler House en Moss Side, no solo entretiene, sino que invita a repensar nuestra conexión con el mundo vegetal y fúngico.
El proceso es fascinante. Ross y Kidd conectan hongos y plantas a dispositivos que miden sus bioeléctricas internas, convirtiéndolas en datos MIDI (Musical Instrument Digital Interface). Estos datos se traducen en comandos para brazos biónicos que tocan guitarra, bajo y batería. «Conectamos las plantas a través de un equipo que mide las señales bioeléctricas internas de la planta, y eso se convierte en un lenguaje musical llamado MIDI, y luego se traduce en señales motoras, que es como se mueven los brazos robóticos», explica Ross en una entrevista reciente.
Hongos que ritmean y plantas que improvisan
Cada hongo o planta genera patrones únicos debido a su actividad eléctrica variable, creando melodías impredecibles y orgánicas. Los hongos, en particular, actúan como el corazón rítmico, produciendo beats que varían con su «humor» bioquímico. La banda obtiene sus especímenes de Sow the City, una iniciativa local de sostenibilidad que promueve el cultivo urbano de hongos. En sus ensayos, el público observa cómo un simple micelio de hongo dicta el tempo de la batería, mientras una planta como una suculenta «toca» la guitarra con golpes precisos de los brazos robóticos.
Ross enfatiza el impacto emocional: «Es una muy buena manera de conectar con ellos y una especie de experiencia realmente emotiva». Bionic and the Wires busca humanizar a estos organismos, mostrando que no son inertes, sino vivos y expresivos. En un mundo donde la crisis climática resalta la importancia de la biodiversidad, esta banda fomenta la empatía hacia los hongos, esenciales para ecosistemas pero a menudo ignorados.
Un puente entre naturaleza y tecnología
Desde su debut en 2023, Bionic and the Wires ha actuado en festivales locales de Manchester, atrayendo a curiosos y ecologistas. Inspirados en bioarte como el de la artista estadounidense Heather Dewey-Hagborg, Ross y Kidd combinan ciencia y arte para cuestionar: ¿puede un hongo «sentir» el ritmo? Sus shows, con visuales de raíces y esporas proyectadas, han viralizado en redes, con videos acumulando miles de vistas. «Si alguna vez has probado a tocar la batería pero te has rendido, mira hacia otro lado ahora. Eso es porque te han superado un montón de hongos», bromea Ross, recordando que la naturaleza siempre tiene sorpresas.
Este proyecto no solo entretiene, sino que educa. Al revelar las «voces» ocultas de hongos y plantas, Bionic and the Wires podría inspirar innovaciones en bioacústica y sostenibilidad, demostrando que la música trasciende lo humano. En Manchester, ciudad de pioneros, esta banda hongueña es un himno a la vida invisible que nos rodea.
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