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    Cambio en el color del mar en los polos podría alterar la pesca global

    Un fenómeno silencioso pero significativo está transformando el color de los océanos y podría reconfigurar la pesca mundial: el aumento de fitoplancton en los polos y su disminución en zonas tropicales. Esta redistribución, identificada en un reciente estudio publicado en Science, plantea riesgos para las cadenas alimenticias marinas y la seguridad alimentaria de regiones dependientes de la pesca.

    Investigadores de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, analizaron datos satelitales de clorofila oceánica recopilados entre 2003 y 2022. Esta sustancia, producida por el fitoplancton, es esencial para la vida marina, ya que estos microorganismos forman la base de la red trófica en los océanos.

    Los polos se vuelven más verdes, los trópicos más azules

    El estudio reveló que las zonas polares, especialmente en el hemisferio norte, se están “reverdeciendo”, mientras que las aguas ecuatoriales se tornan más azules. Este cambio en la coloración indica un desplazamiento del fitoplancton hacia latitudes más altas, provocado principalmente por el calentamiento de los océanos.

    “Los trópicos y subtrópicos están perdiendo clorofila, mientras que las regiones polares la están ganando”, explicó Haipeng Zhao, autor principal del estudio. Esta redistribución podría desencadenar alteraciones significativas en la pesca, particularmente en los países de renta baja o media que dependen de las especies tropicales para su subsistencia y economía.

    Consecuencias ecológicas y económicas

    Más del 50 % de las capturas de pescado a nivel mundial provienen de zonas tropicales y subtropicales. Si estas regiones pierden biomasa de fitoplancton de forma persistente, los peces también podrían desplazarse hacia los polos, afectando la disponibilidad de recursos pesqueros en las costas del Pacífico, el Caribe y África Occidental.

    El investigador Nicolas Cassar, coautor del estudio, advirtió que los niveles superiores de la cadena alimenticia también podrían verse comprometidos: “Si disminuye el fitoplancton, la redistribución de especies marinas será inevitable, lo que podría reconfigurar por completo las zonas productivas de pesca”.

    Aún sin certeza sobre el cambio climático

    Aunque el calentamiento del mar mostró una clara correlación con la disminución de clorofila en zonas cálidas, otras variables como la luz, la profundidad de mezcla y la velocidad del viento no presentaron impacto relevante en los patrones observados.

    A pesar de los hallazgos, los autores fueron prudentes al señalar que aún no se puede atribuir el fenómeno directamente al cambio climático. Según Susan Lozier, del Instituto de Tecnología de Georgia, el período analizado es insuficiente para descartar efectos de ciclos climáticos como El Niño. “Necesitaremos más décadas de observaciones para confirmar si se trata de una tendencia climática de largo plazo”, sostuvo.

    Impacto global en el carbono y la biodiversidad

    El desplazamiento del fitoplancton no solo afecta la pesca: también podría alterar el ciclo global del carbono, ya que estos microorganismos desempeñan un papel clave en la captura y almacenamiento del CO₂ atmosférico.

    Si se consolida este cambio estructural en los ecosistemas marinos, podrían surgir nuevos polos de productividad y también nuevas zonas de escasez. Las decisiones de conservación, políticas pesqueras y seguridad alimentaria global dependerán de si esta transformación es pasajera o el inicio de un nuevo patrón oceánico.

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