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    El Vaticano celebra la primera misa papal ‘verde’: León XIV refuerza el legado ecológico de Francisco

    El papa León XIV encabezó este miércoles la primera misa papal “verde” en la historia del Vaticano, una ceremonia enfocada en la justicia climática y la protección del medio ambiente, que marca un parteaguas en la relación de la Iglesia con el cambio climático y los pueblos vulnerables. La misa, celebrada en los jardines de Castel Gandolfo, es también un acto simbólico que refuerza el legado ecológico de Francisco.

    La ceremonia se llevó a cabo en el centro Laudato Si, bautizado en honor a la encíclica ambiental que Francisco publicó en 2015. En ese texto, el pontífice argentino denunció el daño causado por las grandes corporaciones y gobiernos del norte global a las comunidades empobrecidas del planeta. León XIV —el primer papa estadounidense— decidió dar un paso más: aprobó una misa formal “para el cuidado de la creación”, incorporándola a la lista oficial de celebraciones litúrgicas.

    Una misa para el planeta, una crítica al sistema

    Durante la ceremonia, se utilizaron nuevas oraciones centradas en la defensa de la naturaleza, la equidad ambiental y la protección de los más afectados por el cambio climático. “Hasta ahora, parecemos incapaces de reconocer que la destrucción de la naturaleza no afecta a todos por igual”, escribió León días antes, en un mensaje oficial. “Cuando se pisotean la justicia y la paz, quienes más sufren son los pobres, los marginados y los excluidos”.

    Desde el balcón de la Villa Barberini, el Papa bendijo a fieles y saludó con una sonrisa a las familias presentes. El acto no solo fue espiritual: también cargó con un fuerte mensaje político y ético. León XIV ya había condenado “la injusticia, las violaciones del derecho internacional y la avaricia que generan deforestación, contaminación y pérdida de biodiversidad”. Esta postura directa se aleja de los mensajes ambiguos que solían marcar los discursos papales en torno al ambiente.

    Misionero por décadas en Perú, León XIV conoció de cerca los efectos del calentamiento global sobre las comunidades indígenas. Esa experiencia marcó su pontificado. En esta misa inaugural, la Iglesia dejó claro que no se limitará a rezar: también actuará.

    Hacia un Vaticano carbono neutral

    El Papa aprovechó su estancia en Castel Gandolfo —donde vacaciona por dos semanas— para anunciar su respaldo a una de las iniciativas ecológicas más ambiciosas del Vaticano: transformar un terreno de 430 hectáreas al norte de Roma en una granja solar. El proyecto, heredado de Francisco, busca generar la energía suficiente para abastecer a toda la Ciudad del Vaticano y convertirla en el primer Estado neutral en carbono.

    El sitio, conocido como Santa Maria di Galeria, ha sido polémico por albergar torres de transmisión de Radio Vaticano. Ahora, la propuesta es reconvertir ese espacio en un modelo de sostenibilidad energética. León XIV calificó el proyecto como una “maravillosa oportunidad” y afirmó que representaría “un ejemplo muy importante” para el mundo.

    El desarrollo requerirá casi 100 millones de euros y la aprobación del Parlamento italiano, debido al estatus extraterritorial del terreno. Aún así, el Papa se mostró optimista. “Todos somos conscientes de los efectos del cambio climático y realmente debemos cuidar de toda la creación”, dijo en entrevista con la televisión pública RAI.

    La misa “verde” y el proyecto solar se suman a una serie de medidas que apuntan a posicionar a la Iglesia como un actor global en la lucha ambiental. Con este gesto, León XIV no solo reafirma su continuidad con Francisco: plantea que la crisis ecológica es una prioridad moral y espiritual que exige acciones firmes, visibles y sostenidas.

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