Integrantes de la asociación civil Ombligo Verde A.C. urgieron al Ayuntamiento de Benito Juárez a elaborar un plan de manejo ambiental adecuado para el área natural protegida conocida como Ombligo Verde. El llamado surge ante el riesgo de que intereses particulares, incluidos grupos religiosos, afecten la conservación de uno de los pocos pulmones naturales que quedan en Cancún.
Un pulmón urbano bajo presión
Betina Ceto, representante de la organización, explicó que desde hace tres años el municipio ha presentado distintos proyectos de plan de manejo que han sido rechazados por la comunidad ambientalista, al considerar que fueron elaborados sin conocimiento real del ecosistema. “El documento que proponen no toma en cuenta las características del área. Lo hizo alguien que no conoce el Ombligo Verde”, señaló.
Ceto subrayó la importancia de seguir el modelo del Parque Kabah, un espacio similar que sí cuenta con un plan de manejo sólido. “Es muy importante que se haga un plan de manejo correcto, como el del Parque Kabah. Ese sí es un buen ejemplo del cual se puede partir”, añadió.
El Ombligo Verde, ubicado en la Supermanzana 34, ha sido declarado área natural protegida desde hace 13 años. Sin embargo, la falta de un programa vigente lo deja en una situación de vulnerabilidad ante el avance de la urbanización. Ambientalistas han denunciado presiones constantes de grupos que buscan expandir construcciones dentro o en los límites del área, particularmente alrededor de la Catedral que se levanta en medio de la reserva.
Riesgo de expansión urbana sin control
“Siempre hay intereses que pretenden ampliarse sobre el Ombligo Verde, y eso no debería suceder. Esta zona fue declarada reserva y debe respetarse”, advirtió Ceto. La ambientalista recalcó que la ausencia de un marco regulatorio actualizado permite el desorden y facilita intentos de apropiación irregular del terreno.
“Así es más fácil que alguien se lo agandalle, como la iglesia, que prefiere que el lugar siga sin plan porque así puede extenderse más fácilmente”, afirmó, en alusión al conflicto recurrente por la construcción de nuevos espacios en la zona.
La asociación busca que el Ombligo Verde se mantenga como un parque urbano abierto y accesible, un refugio natural para la ciudadanía en medio del crecimiento desmedido de Cancún. “Queremos que la otra parte de la supermanzana se desarrolle igual que este parque, que sea un espacio verde para todos”, sostuvo.
Urgencia de un plan de manejo real y participativo
El colectivo participa actualmente en el comité que trabaja con las autoridades municipales en la elaboración del nuevo plan. Sin embargo, insisten en que el proceso debe incluir la voz de los especialistas y vecinos que han defendido el sitio durante años.
“Esperamos que esta vez sí haya disposición para hacer un buen programa que garantice la preservación del Ombligo Verde. Es un espacio invaluable para la ciudad, no solo por su valor ambiental, sino porque representa el derecho de los cancunenses a disfrutar de un entorno sano”, concluyó Ceto.
El Ombligo Verde funciona como un pequeño ecosistema urbano que alberga especies de flora y fauna nativa, además de ser un punto clave para la recarga de mantos freáticos. Su deterioro pondría en riesgo la estabilidad ambiental de una ciudad ya presionada por la expansión turística y la deforestación.
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