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    Incendios récord en la Sierra Gorda de Querétaro: biodiversidad en peligro crítico

    La Sierra Gorda de Querétaro enfrenta una crisis ambiental sin precedentes. En lo que va de 2025, el estado ha registrado al menos 35 incendios forestales que abarcan más de 2,700 hectáreas, según la Coordinación Estatal de Protección Civil. La extensión afectada es aproximadamente 2.5 veces mayor a la superficie quemada en 2024.

    Situada en el noreste del estado, esta reserva abarca 363,000 hectáreas de ecosistemas variados, desde bosques de pino y encino hasta selvas bajas y de niebla. Alberga cientos de especies endémicas y comunidades humanitas ancestralmente vinculadas a la región.

    Incendios activos y retos operativos

    Entre los incendios más grandes está el de la comunidad de El Madroño en Landa de Matamoros, que ha devastado entre 1,200 y 1,400 hectáreas solo en ese foco. Otro incendio en Jalpan de Serra afectó al menos 250 hectáreas y aún está en proceso de liquidación.

    El gobernador Mauricio Kuri González informó que tres de cuatro incendios detectados el fin de semana ya están controlados, aunque uno permanecía al 60% de contención. Brigadistas, soldados, voluntarios y autoridades locales colaboran intensamente en las labores junto con equipos de CONAFOR, CEPC y SEDEA.

    Condiciones climáticas extremas —altas temperaturas, viento, sequía persistente— han dificultado el control. En algunos casos, el fuego ha rebasado líneas de contención durante la noche, sugiriendo origen intencional según testimonios ciudadanos y patrones crónicos.

    Impacto ambiental irreversible

    Este año se presenta como el más devastador en incendios forestales en los últimos nueve años en Querétaro, según Protección Civil. El fuego ha consumido zonas de bosques primarios con árboles centenarios y especies milenarias, incluyendo cícadas fósiles que formaban parte de investigaciones científicas del Langebio.

    La pérdida impacta servicios ecosistémicos clave como captación de agua, fertilidad del suelo y refugio para fauna silvestre. Además, reduce la capacidad de mitigación del cambio climático y pone en riesgo el desarrollo del ecoturismo comunitario.

    Coordinación, prevención y restauración

    El combate a los incendios demandó coordinación entre cuerpos estatales, federales y voluntarios; incluso se desplegaron brigadas en zonas inaccesibles. Se han empleado métodos mixtos (químicos, tierra y brechas) por la falta de agua en ciertos sectores.

    El secretario de Gobierno Carlos Alcaraz Gutiérrez reconoció la gravedad de la situación y afirmó que se analizará una revisión de los fondos emergentes para contingencias forestales, antes limitados por insuficiencia presupuestal.

    Comunidades locales y grupos civiles reclaman medidas más contundentes: retirar árboles secos o con plagas antes de incendiarse, fortalecer coordinación federal en áreas protegidas y promover turismo sustentable que no dañe el entorno.

    Emergencia climática y desafío humano

    Este panorama alarmante es parte de un patrón: sequías más largas, temperaturas extremas y temporada de incendios adelantada. Según expertos, la falta de lluvias y el daño acumulado por años han debilitado los bosques y facilitado la propagación del fuego.

    La Sierra Gorda, una de las reservas más biodiversas del país, requiere urgente restauración ecológica, prevención proactiva y participación comunitaria organizada. Si no se actúa ya, podría perderse buena parte de su riqueza natural.

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