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    Jane Goodall: La voz eterna de los chimpancés y la conservación fallece a los 91 años

    La Dra. Jane Goodall, la etóloga británica cuya empatía con los chimpancés revolucionó la primatología y la conservación animal, falleció el miércoles 1 de octubre en Los Ángeles por causas naturales. Tenía 91 años y se encontraba en plena gira de conferencias por Estados Unidos cuando su partida fue confirmada por el Instituto Jane Goodall, la organización que fundó en 1977 para proteger a los grandes simios y sus hábitats.

    Goodall, nacida el 3 de abril de 1934 en Londres, transformó la etología con observaciones que desafiaron paradigmas: demostró que los chimpancés usan herramientas, cazan carne y exhiben emociones complejas, obligando a redefinir conceptos como «herramienta» y «hombre». Su trabajo en el Parque Nacional de Gombe, Tanzania, iniciado en 1960 a los 26 años sin formación académica formal, la llevó a un doctorado honorario en Cambridge en 1965. Inspirada por libros infantiles como El libro de la selva y Tarzán, y un viaje a Kenia donde conoció a Louis Leakey, Goodall vivió entre chimpancés durante décadas, documentando comportamientos que iluminaron la evolución humana.

    De Gombe a la ONU: Un legado de empatía y acción global

    Su trayectoria trascendió la ciencia: en 1987, delegó el trabajo de campo para giras mundiales, abogando contra la experimentación animal y por la biodiversidad. Como Embajadora de Paz de la ONU en 2002, recibió premios como la Medalla de Tanzania, Comandante del Imperio Británico, Hubbard de National Geographic, Kioto, Gandhi/King y el Príncipe de Asturias en 2003. En España, el Premio Internacional de Catalunya en 2015 y la Medalla Stephen Hawking en 2022 destacaron su divulgación. El Instituto Jane Goodall, con oficinas en 25 países y su programa Roots & Shoots en más de 100 naciones, empodera a jóvenes en conservación, plantando millones de árboles y protegiendo hábitats.

    Goodall, quien rechazó el uso de nombres para chimpancés en sus estudios (llamándolos por números para evitar antropomorfismo), inspiró a generaciones: desde la serie infantil Jane en Apple TV hasta documentales que capturaron su empatía. En 2020, a los 86, dijo a ABC News: «Los chimpancés son como nosotros: violentos, brutales, pero también amorosos y altruistas». Su muerte, durante una gira en California, interrumpe un mensaje grabado para un evento en Pasadena, donde 1.000 estudiantes esperaban su voz sobre empoderamiento juvenil.

    Un adiós que resuena: Tributos y el eco de Gombe

    La noticia ha desatado tributos globales. El New York Times la llamó «la ventana al mundo de nuestros parientes primates, mostrando que no somos tan diferentes». La LA Times destacó su transformación de la primatología, mientras NPR recordó su rechazo a la «cultura woke» en el Ejército, pero enfatizó su legado ético. En X, #JaneGoodallLegacy acumula millones de menciones, con figuras como Leonardo DiCaprio tuiteando: «Una vida dedicada a la empatía que cambió cómo vemos el mundo». Su nieta, Freymann, de 29, dijo a NBC: «Ella me dio un héroe para mirar; su curso vital moldeó el mío».

    Goodall, quien a los 90 insistía en «apresurarse» por el tiempo restante, deja un mundo con chimpancés en peligro: solo 340.000 quedan en África, según WWF. Su instituto continúa su labor, con 25 capítulos globales. En un era de crisis climática, su voz —que unió ciencia y corazón— perdura: «Si respetamos la naturaleza, nos respetamos a nosotros mismos». Jane Goodall no murió; su empatía eterna nos observa desde Gombe.

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