El crecimiento exponencial de dispositivos tecnológicos ha convertido a México en el tercer país del continente con mayor generación de residuos electrónicos, solo detrás de Estados Unidos y Brasil. La falta de políticas claras para la recolección, reciclaje y tratamiento seguro de estos desechos hace que la situación se vuelva crítica, tanto para el medio ambiente como para la salud de la población.
En los hogares mexicanos, el 90% cuenta con al menos un televisor y cerca del 96% con un dispositivo móvil, sumando monitores, tablets, consolas y computadoras que generan residuos de plásticos, metales, vidrio, pilas y baterías. Para 2024, se estimaba que el país acumulaba 1,499 millones de kilogramos de desechos electrónicos, equivalentes a 11.8 kilogramos por habitante, según el Observatorio Internacional sobre Residuos Electrónicos de la ONU.
La situación se agrava porque la mayoría de estos productos tiene ciclos de vida cortos y una reparación complicada o costosa. Este patrón de consumo contribuye a que la cantidad de residuos crezca cinco veces más rápido que la capacidad de reciclaje oficial desde 2010. En América, solo el 30% de los 14,000 millones de kilogramos de residuos electrónicos generados en 2024 fueron recogidos y reciclados formalmente, revelando la magnitud del desafío regional.
Falta de regulación y sector informal agravan la crisis de residuos
El BMU, Ministerio Federal del Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de Alemania, advierte que México enfrenta desafíos sistémicos en la gestión de residuos electrónicos. Esto incluye la necesidad de revisar el marco legal, invertir en infraestructura, formalizar el sector informal y promover programas educativos y financieros que incentiven la responsabilidad de productores y consumidores.
Actualmente, muchas pequeñas empresas se dedican al acopio y separación básica de residuos, pero ninguna ha desarrollado procesos de refinación de materiales o eliminación segura de toxicidad. Como consecuencia, los metales valiosos se desperdician o se exportan, y la separación recae en trabajadores del sector informal, exponiéndolos a riesgos ambientales y de salud.
Natalia Guerra, directora de Asuntos Públicos, Regulación y Negocio Mayorista en Telefónica Movistar México, asegura que la industria de telecomunicaciones ha comenzado a asumir un papel más proactivo.
A través del programa VEMA, la empresa impulsa la economía circular mediante la correcta disposición y reutilización de torres, baterías, antenas y otros componentes, reincorporando cobre, aluminio, acero y equipos electrónicos al mercado.
Desde el inicio del programa, se reciclaron 100% de los activos de 9,900 sitios desmontados, más de 90,000 equipos de red, 2,500 toneladas de equipos electrónicos y 2,550 toneladas de estructura metálica.
El gobierno y el sector privado, coinciden los especialistas, deben coordinarse para crear un marco normativo robusto que garantice la trazabilidad de los residuos y la evidencia de su disposición. La falta de reglas claras no solo obstaculiza el reciclaje, sino que también limita la rendición de cuentas y la protección ambiental en México. La urgencia es clara: sin políticas firmes, el país seguirá acumulando residuos electrónicos a un ritmo insostenible, con un impacto creciente en la salud y el medio ambiente.
También te puede interesar: Hallan en el caribe un raro tiburón nodriza naranjapor xantismo