La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) difundió un video en el que dos monos araña (Ateles geoffroyi), una especie en peligro de extinción, aparecen caminando erguidos sobre dos patas en el Área de Protección de Flora y Fauna de los Manglares de Puerto Morelos, Quintana Roo. Las imágenes, captadas durante un monitoreo conjunto con El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), han generado interés científico y público, con más de 50,000 reproducciones en X, donde usuarios como @NaturalezaQR lo calificaron de “fascinante” y @EcoMexico pidió proteger su hábitat.
El video, grabado en los manglares de Puerto Morelos, muestra a los monos araña desplazándose brevemente en dos patas, un comportamiento inusual pero documentado en esta especie arbórea, según El Universal. Los monos araña, nativos de Mesoamérica, son conocidos por su locomoción braquiadora (colgándose de ramas), pero pueden adoptar el bipedalismo en contextos específicos, como cruzar terrenos abiertos o explorar. Este avistamiento, en un área protegida que alberga a 120 individuos de la especie, según CONANP, subraya la importancia de conservar los manglares, amenazados por el desarrollo turístico, que generó 14 millones de visitantes en Quintana Roo en 2024, per la Secretaría de Turismo.
Primates que caminan regularmente en dos patas
El bipedalismo habitual es raro entre los primates, pero algunas especies lo exhiben en ciertos contextos:
- Humanos (Homo sapiens): El bipedalismo obligado es un rasgo distintivo, evolucionado hace unos 4.5 millones de años en homínidos como Ardipithecus ramidus, según Nature. Facilita la eficiencia energética, la liberación de manos para herramientas y la visión en terrenos abiertos.
- Gibones (Hylobatidae): Estos pequeños simios asiáticos, como el gibón de manos blancas (Hylobates lar), caminan bipedalmente en ramas o en el suelo hasta un 10% de su tiempo, usando los brazos para balance, según Journal of Human Evolution. Su bipedalismo es más acrobático que terrestre.
- Bonobos (Pan paniscus) y Chimpancés (Pan troglodytes): Ambos adoptan el bipedalismo ocasional al cargar objetos o en rituales de dominancia, pero no es su modo principal de locomoción, según Science Advances. Los bonobos lo usan más frecuentemente en el suelo, hasta un 5% del tiempo.
- Monos Araña (Ateles spp.): Como se observa en el video, caminan bipedalmente en raras ocasiones, generalmente para cruzar distancias cortas en el suelo o explorar, según American Journal of Primatology. Su anatomía arbórea (dedos curvos, brazos largos) no está adaptada para bipedalismo prolongado.
Desafíos a las teorías del bipedalismo
La teoría predominante sugiere que el bipedalismo evolucionó para la locomoción terrestre, facilitando la búsqueda de alimento y la vigilancia en sabanas, según Scientific American. Sin embargo, hallazgos paleoecológicos desafían esta idea:
- Adaptaciones Arbóreas: Los primeros homínidos, como Australopithecus afarensis (Lucy), tenían rasgos arbóreos (hombros móviles, dedos curvos), sugiriendo que el bipedalismo pudo originarse en árboles, no en el suelo, según Proceedings of the National Academy of Sciences. Estudios en gibones y monos araña apoyan que el bipedalismo en ramas pudo ser un precursor.
- Economía Energética: Aunque el bipedalismo humano es más eficiente (consume un 25% menos de energía que el cuadrúpedo, per Journal of Experimental Biology), en simios como los monos araña es menos eficiente, indicando que su uso es contextual, no adaptativo.
- Ecología Mixta: Fósiles de Ardipithecus en bosques de Etiopía, datados hace 4.4 millones de años, sugieren que el bipedalismo pudo desarrollarse en entornos mixtos (árboles y suelo), no solo en sabanas, según Nature.
Perspectiva
El video de CONANP, compartido en un contexto donde Playa del Carmen impulsa la identidad cultural con iniciativas como “Arena Playa”, resalta la riqueza ecológica de Quintana Roo, hogar de 1,200 especies protegidas, según CONANP. Sin embargo, los manglares de Puerto Morelos, que cubren 5,000 hectáreas, enfrentan presión por desarrollos turísticos, con un 15% de pérdida desde 2010, per ECOSUR.
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