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    ONU alerta: el costo de ignorar el cambio climático será una economía rota y desigual

    El secretario ejecutivo de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Simon Stiell, lanzó una advertencia contundente durante la apertura de la COP30 en Belém, Brasil: los países que no actúen con rapidez frente al calentamiento global enfrentarán estancamiento económico, inflación y crisis en las cadenas de suministro. Desde la Amazonía, insistió en que la lucha contra el cambio climático ya no es un debate político, sino una urgencia económica y moral.

    La COP30, llamada a la acción desde el corazón de la Amazonía

    En su discurso inaugural, Stiell pidió a los líderes mundiales “unir el mundo de las negociaciones con las acciones necesarias en la economía real”. Con tono firme, remarcó que cada paso hacia la resiliencia ayuda a salvar vidas y a sostener la economía global. “Quienes se queden al margen de la acción climática enfrentarán estancamiento e inflación”, advirtió.

    Citó al expresidente estadounidense Franklin Roosevelt para subrayar que “el mérito pertenece a quienes están realmente en la arena, con el rostro manchado de polvo, sudor y sangre, luchando valientemente”. Así, invitó a los gobiernos a asumir la responsabilidad de proteger a las generaciones futuras.

    En contraste, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió no participar en la cumbre de líderes de la COP30 ni enviar representantes de alto nivel. El mandatario, conocido por negar la gravedad del calentamiento global, optó por criticar en redes sociales la construcción de una circunvalación de 14 kilómetros en Belém, a la que calificó como un “gran escándalo” por la deforestación que implicó.

    El gobierno del estado de Pará respondió que el terreno ya había sido intervenido anteriormente para un tendido eléctrico y que el impacto ambiental fue menor al señalado.

    Stiell pide “luchar juntos” y acelerar los compromisos

    El secretario de la ONU llamó a los asistentes a usar “la arena de la COP30” no para enfrentarse, sino “para luchar juntos contra esta crisis climática”. Reconoció que, con el Acuerdo de París —que cumple diez años—, el mundo ha avanzado, pero recalcó que ese progreso no basta para frenar el aumento de la temperatura global.

    “Se ha logrado un progreso real, pero debemos luchar valientemente por conseguir más”, sostuvo Stiell. Añadió que la humanidad puede y debe “volver a bajar las temperaturas a 1.5 °C después de cualquier rebasamiento temporal”.

    El funcionario destacó que la curva de emisiones globales ya muestra una ligera tendencia descendente, gracias al trabajo conjunto de gobiernos y mercados, aunque advirtió que el ritmo de cambio sigue siendo insuficiente. “No voy a endulzar la situación. Debemos avanzar mucho más rápido tanto en la reducción de las emisiones como en el fortalecimiento de la resiliencia”, concluyó.

    Una cumbre decisiva para el futuro climático y económico del planeta

    La COP30, que se celebra en la Amazonía brasileña, reúne a delegaciones de unos 170 países y se extenderá hasta el 21 de noviembre, con posibilidad de alargarse si no se alcanza un consenso. El encuentro busca cerrar acuerdos sobre financiamiento climático, energías limpias y protección de los bosques tropicales, pilares esenciales para mantener la estabilidad ambiental del planeta.

    Brasil, anfitrión de la conferencia, propuso la creación de un fondo internacional para salvar los bosques, una medida que podría marcar el rumbo de la cooperación ambiental en la próxima década. El mensaje de Stiell fue claro: sin acción climática no habrá crecimiento ni justicia social.

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