Un ejemplar de tiburón ángel fue captado por cámaras submarinas en la bahía de Cardigan, al oeste de Gales. Este hallazgo, registrado por la Organización para la Conservación de la Vida Silvestre del Sur y Oeste de Gales (WTSWW), representa un hito para la biología marina, al tratarse de una especie en peligro crítico de extinción cuyo linaje se remonta al Cretácico inferior. La aparición del escuálido coincide con el debate legislativo en el Reino Unido sobre nuevas restricciones a la pesca de arrastre en áreas marinas protegidas.
«Estuvimos encantados de grabar un tiburón ángel en la bahía de Cardigan, fue un encuentro raro y emocionante», afirmó la doctora Sarah Perry, responsable de investigación marina en WTSWW. Las imágenes forman parte de un proyecto para monitorear la biodiversidad marina local y recabar datos sobre especies en riesgo por actividades humanas.
Amenaza constante por la pesca intensiva
La presencia del tiburón ángel se vuelve relevante ante el impacto de la pesca de arrastre de fondo, una técnica que utiliza redes pesadas para capturar especies desde el lecho oceánico. Esta práctica resulta especialmente destructiva para especies como la Squatina, debido a su ritmo reproductivo lento y su hábitat cercano al fondo marino.
Aunque Gales cuenta con 139 áreas marinas protegidas, organizaciones ambientalistas denuncian que muchas siguen expuestas a actividades como dragado, minería del fondo marino y pesca intensiva. La doctora Perry advirtió que el avistamiento se produce en un momento crítico: «El Senedd y el gobierno del Reino Unido debaten la prohibición de la pesca de arrastre de fondo en zonas protegidas».
El Comité de Auditoría Ambiental del Parlamento británico ha recomendado una prohibición total de dicha práctica en áreas protegidas. Sin embargo, solo alrededor del 60 % de estas zonas cuenta con restricciones eficaces. Ante esta situación, los Wildlife Trusts han convocado a la ciudadanía a participar en la consulta pública del gobierno británico para reforzar la protección marina.
Un depredador antiguo e indispensable
El tiburón ángel pertenece al género Squatina, compuesto por 23 especies. Se caracteriza por su cuerpo aplanado y aletas pectorales anchas, lo que le da un aspecto similar al de una raya. Esta adaptación le permite camuflarse perfectamente en fondos arenosos y emboscar a sus presas, como peces óseos y tiburones pequeños.
A diferencia de otros escuálidos, el tiburón ángel bombea agua sobre sus branquias para permanecer inmóvil largos períodos. Durante la época de reproducción, se acerca a aguas más someras en busca de alimento y para garantizar la perpetuación de su especie. Aunque no destaca por su tamaño, su rol ecológico es clave para el equilibrio de los ecosistemas bentónicos.
Sus poblaciones han sido drásticamente reducidas en el Atlántico occidental y están prácticamente extintas en el Mediterráneo. Su desaparición representaría una pérdida evolutiva y ecológica de alto impacto, dado que su linaje ha sobrevivido por más de 100 millones de años.
Un llamado urgente a la protección marina
El descubrimiento del tiburón ángel en Cardigan no solo revitaliza la esperanza para esta especie, sino que también subraya la urgencia de aplicar medidas regulatorias contundentes. El Reino Unido tiene la oportunidad de convertirse en un referente en la protección de ecosistemas marinos si fortalece la legislación contra prácticas destructivas.
La evidencia científica es clara: sin protección real y efectiva, especies como el tiburón ángel podrían desaparecer definitivamente. Las decisiones que se tomen en los próximos meses determinarán si esta especie milenaria sigue nadando en nuestras aguas o se convierte en un recuerdo fósil.
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