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    Xin Xin, la última panda mexicana, entra en su etapa final de vida en Chapultepec

    La emblemática panda gigante Xin Xin, residente del Zoológico de Chapultepec en la Ciudad de México, ha entrado en la fase final de su vida. Con 35 años de edad cumplidos el pasado 1 de julio, ha superado con creces la esp

    La noticia fue confirmada por Julia Álvarez Icaza, titular de la Secretaría del Medio Ambiente capitalina (Sedema), quien detalló que Xin Xin recibe cuidados paliativos especiales y está siendo monitoreada por un equipo multidisciplinario.

    Desde su nacimiento en 1990, Xin Xin se convirtió en la última representante de una estirpe única de pandas gigantes nacidos en territorio mexicano. Su existencia no solo simboliza la relación diplomática entre México y China, sino también el éxito de un programa de reproducción en cautiverio que inició en 1975 con la llegada de Pe Pe y Ying Ying, una pareja obsequiada por el gobierno chino.

    «Estamos viviendo la etapa final de la vida de Xin Xin, y se está cerrando un ciclo de vida normal», expresó Álvarez Icaza durante una conferencia de prensa, dejando claro que el Zoológico de Chapultepec está preparado para rendir homenaje a su legado.

    El fin de un linaje histórico

    Xin Xin es hija de Tohui, la panda que marcó a una generación entera de mexicanos, y de Chia Chia, un ejemplar prestado por el zoológico de Londres. Desde su nacimiento, se convirtió en un caso excepcional, ya que es uno de los pocos pandas en el mundo que no pertenece al gobierno chino.

    Actualmente, cualquier zoológico que quiera albergar un panda gigante debe pagar una cuota anual de aproximadamente un millón de dólares y firmar contratos a largo plazo con China. Además, toda cría nacida bajo ese acuerdo sigue siendo propiedad de dicho país.

    El caso de Xin Xin es, por tanto, irrepetible. Ha sido estudiada por especialistas de todo el mundo, incluyendo expertos chinos que han venido a observarla y analizar su ADN. Su longevidad ha sorprendido a la comunidad científica, convirtiéndola en un referente dentro de los zoológicos internacionales.

    Símbolo de resiliencia biológica

    En sus últimos años, Xin Xin ha recibido una atención médica y nutricional rigurosa. Un equipo de tres cuidadores especializados, veterinarios y nutriólogos adaptan diariamente su dieta y condiciones de vida para garantizarle bienestar. Incluso, Sedema ha confirmado que se realizan evaluaciones constantes para asegurar que su última etapa sea digna y tranquila.

    El reciente anuncio sobre su estado ha generado una ola de reacciones en redes sociales y medios de comunicación, donde miles de mexicanos han expresado su afecto por el último emblema de un capítulo importante en la conservación de fauna exótica en México.

    Su historia también representa el cierre de una era en la que México fue pionero en la reproducción de pandas fuera de China. Desde la llegada de los primeros ejemplares en los años 70, el Zoológico de Chapultepec logró consolidar una de las pocas estirpes independientes de pandas en el mundo.

    Hoy, Xin Xin simboliza no solo la resiliencia biológica, sino también el valor de los programas de conservación animal emprendidos con ciencia, diplomacia y responsabilidad.

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