Ignacio Alejandro Roaro Aguilar, secretario del Ayuntamiento de Apaseo el Alto, Guanajuato, fue asesinado a balazos la tarde del sábado 5 de julio mientras jugaba basquetbol en el Parque Ecológico de la cabecera municipal. Dos personas más resultaron gravemente heridas en el ataque.
El funcionario, abogado de profesión, fue sorprendido por sujetos armados que lo agredieron sin mediar palabra. El ataque se registró alrededor de las 17:30 horas en las canchas ubicadas en la calle Chapultepec, esquina con Gómez Arias, a unos metros del centro de Apaseo el Alto.
Crimen a plena luz del día
Según testigos, los agresores abrieron fuego contra Roaro y sus acompañantes mientras jugaban en el espacio deportivo. Otros asistentes corrieron o se tiraron al suelo para evitar ser alcanzados por las balas. Los atacantes huyeron con rumbo desconocido tras consumar el crimen.
La zona fue acordonada por elementos del Ejército, Guardia Nacional y Policía Municipal. Peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE) procesaron la escena del crimen e iniciaron una carpeta de investigación.
El gobierno municipal confirmó el homicidio en un comunicado donde condenó el ataque y expresó su pesar por la pérdida. «Este hecho enluta a toda la administración municipal y a nuestra comunidad. Perdimos a un servidor público ejemplar», afirmó la alcaldía en su mensaje.
El documento oficial calificó el ataque como «artero, vil y cobarde» y aseguró que se trabaja en coordinación con autoridades estatales y federales para dar con los responsables. «Reafirmamos nuestra determinación de seguir trabajando con firmeza, a pesar de la adversidad. No permitiremos que la violencia socave la vocación de servicio público ni nuestra esperanza colectiva», indicaron.
Trayectoria del funcionario asesinado
Roaro Aguilar se desempeñaba como secretario del Ayuntamiento en la actual administración, pero había sido también alcalde interino de Apaseo el Alto en 2024. En su carrera como servidor público también destacó como director de Fiscalización en el municipio de Celaya entre 2012 y 2015.
El crimen ocurre en un contexto de violencia persistente en Guanajuato, donde las agresiones contra funcionarios municipales se han vuelto cada vez más frecuentes. Hasta ahora no hay reportes de detenciones relacionadas con el caso.
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