Cada 3 de noviembre se conmemora el Día Mundial del Sándwich, fecha que rinde homenaje a John Montagu, IV Conde de Sandwich, quien popularizó esta preparación en Inglaterra durante el siglo XVIII. Sin embargo, en México, este concepto también se ha transformado con sabores y tradiciones locales, dando lugar a una amplia variedad de emparedados que reflejan la riqueza culinaria del país.
Uno de los más emblemáticos es la torta ahogada, originaria de Guadalajara, Jalisco, un platillo que combina pan crujiente, carnitas y una salsa picante que ha conquistado paladares desde hace décadas.
La celebración invita a explorar la historia y las versiones locales del sándwich, un alimento que ha trascendido fronteras. En su versión inglesa original, el sándwich surgió de la necesidad del aristócrata británico de comer sin interrumpir sus partidas de cartas, colocando carne entre dos rebanadas de pan.
Desde entonces, se popularizó en todo el mundo, adaptándose a gustos y culturas. En México, la creatividad gastronómica llevó a convertirlo en la torta ahogada, con ingredientes como carne de cerdo, frijoles y cebolla, bañados en salsa de jitomate con chile, y servido en un pan teleras que absorbe los sabores sin deshacerse.
Torta ahogada, símbolo culinario de Jalisco
La torta ahogada, además de ser un símbolo culinario de Jalisco, es un ejemplo de cómo un concepto extranjero puede fusionarse con tradiciones locales. Su preparación requiere técnica: el pan debe ser crujiente por fuera y suave por dentro, la carne perfectamente sazonada y la salsa lo suficientemente picante para realzar el sabor sin opacar los demás ingredientes.
En festividades, ferias y mercados, este platillo sigue siendo un favorito entre locales y turistas, y hoy se suma a la conmemoración internacional del sándwich.
A nivel global, el Día Mundial del Sándwich se celebra con concursos, recetas y homenajes a esta creación que combina practicidad y sabor. Desde las versiones ligeras con vegetales y proteínas magras hasta las más tradicionales y cargadas, cada cultura ha hecho suyo este alimento, adaptándolo a ingredientes locales.
En México, además de la torta ahogada, existen variantes populares como la torta de cochinita pibil, la torta de jamón con aguacate y el cemita poblana, cada una con su identidad regional y su historia.
La efeméride también es un espacio para reflexionar sobre la evolución de la comida rápida y cómo los emparedados, inicialmente un alimento funcional, se convirtieron en un fenómeno cultural que une familias, amigos y comunidades. En los hogares mexicanos, preparar una torta ahogada o cualquier otra torta típica se convierte en un acto de tradición, transmitiendo sabores y recuerdos de generación en generación.
Hoy, quienes celebran el Día Mundial del Sándwich pueden rendir homenaje tanto a la historia europea del emparedado como a las creaciones locales que lo reinterpretan. La torta ahogada es un ejemplo de cómo un platillo puede conservar la esencia de su origen —practicidad y sabor—, mientras se enriquece con ingredientes y técnicas autóctonas. Su popularidad no solo reside en su sabor picante y jugoso, sino también en la cultura que lo rodea, convirtiéndolo en un ícono gastronómico que representa la identidad culinaria mexicana.
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