Si algo define al Riviera Maya EDITION at Kanai es su apuesta por el lujo relajado. Ubicado en la zona de Solidaridad, Playa del Carmen, este resort combina diseño vanguardista con naturaleza salvaje. Pero más allá de las suites y la arquitectura, hay dos espacios que se han ganado un lugar entre los viajeros que buscan desconexión con estilo: el Lobby Bar y el Pool Bar. Ambos ofrecen atmósferas distintas, pero comparten el mismo espíritu: elevar la experiencia del descanso.
Lobby Bar: coctelería de autor en un entorno sofisticado
El Lobby Bar abre todos los días de 15:00 a 00:00 hrs. Está ubicado en el corazón del hotel, entre cortinas de lino que cuelgan desde un techo de triple altura y ventanales que permiten ver el océano. Su diseño mezcla piedra clara, detalles en madera y una estética minimalista que remite al paisaje de la Riviera Maya. Aquí no hay karaoke, ni pista de baile: la propuesta es otra.
La carta se centra en destilados de agave, vinos naturales y cócteles con ingredientes de la región. Los mixólogos ofrecen bebidas como el «Flor de Sal», preparado con mezcal, toronja, miel de abeja melipona y escarcha de sal marina local. Acompañan pequeños platos pensados para armonizar con cada bebida: ceviches, quesos artesanales y pan de masa madre hecho en casa.
El público es mayoritariamente adulto, de entre 30 y 55 años, tanto locales como visitantes de otros países. Es común ver parejas, ejecutivos o viajeros que buscan una conversación tranquila en un ambiente cuidado. La música ambiental está pensada para acompañar, no para dominar.
Pool Bar: tragos junto a los manglares
A pocos metros, el Pool Bar abre desde las 10:00 hasta las 22:00 hrs. Es el punto neurálgico para quienes buscan relajarse junto a la piscina principal del resort. El diseño se inspira en la selva que lo rodea, con camastros sumergidos, sombrillas de palma y una barra que parece emerger del agua. Todo está integrado en el paisaje.
Aquí la propuesta es distinta: cervezas frías, cocteles ligeros y platillos sencillos pero frescos, como tacos de pescado, ensaladas tropicales o helados artesanales. El ambiente es relajado: personas en traje de baño, grupos de amigos, parejas y familias con niños que comparten el espacio sin estridencias.
Aunque no hay DJ ni fiestas programadas, el lugar tiene vida. Se escuchan risas, conversaciones y el sonido del agua. Los fines de semana, el hotel organiza pequeñas activaciones como catas al atardecer o sesiones de mixología, pero siempre en formato reducido y sin excesos.
Experiencias que conectan con lo local
Ambos bares forman parte de una filosofía del hotel: integrar el lujo con la cultura local. En el Lobby Bar se pueden ver obras de artistas mayas contemporáneos; en el Pool Bar, los ingredientes provienen de huertos de la región o pequeños productores. También hay un compromiso ecológico: el uso de plástico es casi nulo, se utiliza energía solar y el diseño arquitectónico minimiza el impacto ambiental.
Estas dos propuestas muestran que en Playa del Carmen también hay espacio para el disfrute sin prisa, sin ruido y con atención al detalle. Son opciones ideales para quienes viajan buscando más que entretenimiento: una experiencia donde el tiempo se detiene y la conversación, el sabor y el paisaje toman protagonismo.
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