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    La Virgen de Guadalupe: un símbolo cultural que une México y España en el Museo del Prado

    La exposición «Tan lejos, tan cerca» en el Museo del Prado, en España, revela cómo la espiritualidad prehispánica influyó en uno de los símbolos más emblemáticos de México: la Virgen de Guadalupe. Esta imagen no solo representa un ícono religioso, sino también una fusión cultural que une la tradición indígena con el cristianismo europeo. En la muestra, se exhiben casi setenta obras, incluyendo libros, grabados, esculturas y otros materiales que permiten entender esta compleja amalgama de creencias.

    Según la Iglesia Católica, la imagen apareció en 1531, probablemente inspirada por el arte europeo enseñado a los pueblos originarios. No obstante, el relato de su aparición está íntimamente ligado a tradiciones indígenas. En el cerro del Tepeyac, los antiguos nahuas veneraban a la diosa Coatlicue, conocida como Tonantzin. La Virgen de Guadalupe adoptó elementos de esta espiritualidad, consolidándose como un símbolo con raíces indígenas y cristianas que ha perdurado hasta nuestros días.

    El fraile Bernardino de Sahagún, en su obra Historia general de las cosas de la Nueva España, documenta que la devoción indígena a Tonantzin fue transformada y sincretizada con la figura mariana, dando origen a esta advocación que ha marcado la identidad mexicana.

    Arte y evangelización: una alianza estratégica

    Los franciscanos, responsables de la evangelización en la Nueva España, usaron el arte para conectar con las comunidades indígenas. A través de la pintura en tilmas, cantos y representaciones, lograron integrar elementos culturales originarios en la enseñanza cristiana. La ermita en el Tepeyac, inicialmente pequeña, se convirtió en un punto de peregrinación para miles, impulsando la devoción guadalupana.

    El Museo del Prado destaca que las imágenes guadalupanas se dispersaron por toda España, motivadas por factores económicos, sociales y políticos como el comercio con las Indias y la minería. Las obras de artistas novohispanos y peninsulares como José Juárez, Juan Correa, Miguel Cabrera, y Diego Velázquez, reflejan esta devoción compartida, que trascendió fronteras y tiempos.

    La exposición, coordinada por los doctores mexicanos Jaime Cuadriello (UNAM) y Paula Mues Orts (INAH), incluye también conferencias y proyecciones cinematográficas que permiten profundizar en un fenómeno poco estudiado: la influencia prehispánica en la espiritualidad cristiana europea.

    Este sincretismo no solo dio forma a una advocación religiosa sino que contribuyó a construir una identidad nacional compleja, donde lo indígena y lo europeo dialogan y se transforman mutuamente. La Virgen de Guadalupe, símbolo de esperanza y unidad, sigue vigente como un elemento fundamental de la cultura mexicana y su historia.

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