A escasos días de que expire el plazo fijado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para cerrar un acuerdo comercial definitivo, el Gobierno de China endureció su postura y advirtió que no aceptará ningún tratado que contravenga sus intereses, en el marco de una tensa tregua en la prolongada guerra arancelaria entre ambas potencias.
El Ministerio de Comercio de China reiteró este sábado que Pekín “se opondrá firmemente a cualquier acuerdo alcanzado a expensas de sus intereses para la supuesta reducción arancelaria”, en una advertencia directa a Washington, a quien acusó de intentar forzar concesiones en un contexto de desequilibrio comercial.
“Si eso sucede, China nunca lo aceptará y se opondrá resueltamente para salvaguardar sus legítimos derechos”, declaró un portavoz ministerial al diario estatal Global Times, en una señal de que las negociaciones aún enfrentan obstáculos críticos antes de la fecha límite del 9 de julio establecida por Trump.
Tregua tensa y negociaciones en curso
A principios de junio, ambas delegaciones alcanzaron en Londres un acuerdo preliminar que contemplaba que China aceleraría los permisos de exportación para productos considerados “controlados”, mientras Estados Unidos se comprometía a levantar ciertas restricciones comerciales impuestas durante los últimos años, incluyendo medidas contra empresas tecnológicas chinas.
El compromiso fue visto como un paso hacia la distensión, tras meses de escaladas arancelarias, represalias cruzadas y tensiones en sectores estratégicos como la tecnología, los semiconductores, la energía y la propiedad intelectual.
Sin embargo, el tono reciente del Ministerio de Comercio chino refleja una creciente desconfianza sobre los términos finales de dicho acuerdo. Pekín considera que cualquier resolución debe respetar principios de equidad y reciprocidad, sin imponer condiciones que vulneren la soberanía económica del país.
Llamado a la justicia y al multilateralismo
Pese al endurecimiento de su mensaje, China también ha querido destacar que valora los esfuerzos diplomáticos en curso. “Damos la bienvenida a las consultas de igual a igual”, señaló el Ministerio, al tiempo que pidió a Estados Unidos “ponerse del lado de la equidad, la justicia y la corrección histórica”, en clara alusión al liderazgo global que Washington ha ejercido históricamente en los sistemas comerciales multilaterales.
La declaración también subraya el deseo de Pekín de que cualquier acuerdo se enmarque en el respeto a las normas internacionales de comercio, evitando medidas unilaterales o imposiciones que socaven los principios de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El plazo y la presión de Donald Trump
Donald Trump ha sido enfático en su intención de resolver el conflicto comercial con China antes del próximo 9 de julio, con la finalidad de fortalecer su agenda económica de cara al Día de la Independencia y la campaña por su reelección. El mandatario ha calificado el posible pacto como un “gran acuerdo para América” y ha advertido que, de no alcanzarse una resolución favorable, reactivará tarifas contra cientos de productos chinos.
Las declaraciones recientes desde Pekín, sin embargo, sugieren que el margen de maniobra se está reduciendo y que China no está dispuesta a aceptar una negociación en la que sus intereses estratégicos se vean comprometidos.
Con el reloj corriendo y las tensiones geopolíticas aún presentes —particularmente en áreas como la inteligencia artificial, las inversiones tecnológicas y la seguridad en el Indo-Pacífico—, el futuro del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China sigue en el aire.
Lo que está claro es que, para ambas naciones, el resultado de esta negociación será determinante no solo para sus economías, sino también para el equilibrio de poder global en un escenario cada vez más competitivo.
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