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    Paramount paga 16 mdd a Trump y desata debate global sobre libertad de prensa y manipulación electoral

    Paramount Global aceptó pagar 16 millones de dólares al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para cerrar una demanda relacionada con una entrevista televisiva a Kamala Harris. El caso, centrado en supuesta manipulación mediática, revela tensiones crecientes entre la Casa Blanca y los conglomerados de medios en plena carrera presidencial.

    Acuerdo millonario tras demanda por «engaño electoral»

    Trump demandó a CBS, filial de Paramount, por la entrevista emitida en octubre de 2024 a la entonces candidata demócrata Kamala Harris. Según el mandatario, el programa ’60 Minutes’ editó las declaraciones de Harris en dos versiones distintas con la intención de manipular al electorado. Inicialmente, Trump exigió 10 mil millones de dólares por daños, cifra que luego elevó a 20 mil millones.

    Paramount optó por cerrar el litigio sin aceptar responsabilidad ni ofrecer disculpas. El pago de 16 millones de dólares no irá al bolsillo del presidente, sino que será destinado a la biblioteca presidencial Trump, actualmente en proyecto. El acuerdo incluye una cláusula en la que Paramount se compromete a publicar transcripciones íntegras de futuras entrevistas a candidatos presidenciales emitidas en ’60 Minutes’.

    Impacto mediático, político y empresarial

    La resolución de la demanda llega en un momento clave para Paramount, que está a punto de concretar su fusión con Skydance Media, valorada en 8 mil millones de dólares. La operación, ya aprobada por la SEC y la Comisión Europea, depende ahora del visto bueno de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), una agencia bajo influencia presidencial.

    Según analistas estadounidenses, el acuerdo con Trump allana el camino para que la fusión prospere sin nuevos escándalos legales ni bloqueos regulatorios. La compañía evitó así un juicio que podría haber complicado sus movimientos estratégicos.

    El equipo legal de Trump celebró el acuerdo como «una victoria para el pueblo estadounidense» y aseguró que prueba la «responsabilidad de los medios que difunden noticias falsas». Por su parte, Paramount reiteró que la demanda era infundada y representaba un ataque a la libertad de expresión protegida por la Primera Enmienda.

    Precedente para otros gigantes tecnológicos y mediáticos

    Esta no es la primera vez que Trump litiga con grandes plataformas. Meta y Disney ya han cerrado acuerdos similares para evitar conflictos legales relacionados con censura o manipulación de contenido. La estrategia de Trump parece apuntar a condicionar la narrativa mediática durante el proceso electoral y fortalecer su imagen frente a las grandes corporaciones.

    El caso ha abierto un debate sobre los límites de la libertad de prensa, el derecho a la información veraz y la capacidad de los gobiernos para intervenir en las líneas editoriales. Para muchos observadores, lo ocurrido entre Trump y Paramount marca un punto de inflexión sobre la relación entre el poder político y los medios.

    Expertos en derecho constitucional advierten que este tipo de acuerdos podría tener un efecto inhibidor sobre el periodismo de investigación, especialmente en contextos electorales. Aun cuando Paramount no admitió culpa, la presión política ejercida desde la presidencia sienta un precedente complejo para futuras coberturas.

    Con este episodio, se profundiza la pugna entre el mandatario y los medios tradicionales, una dinámica que definirá buena parte de la narrativa pública rumbo a las elecciones de noviembre.

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