más

    Occidente traza un frente unido: Trump y Europa sellan pacto para presionar a Rusia

    Una campaña diplomática liderada por Alemania logró que Donald Trump abandonara su neutralidad frente a Putin y activara una ofensiva coordinada entre Europa y EE. UU. para presionar a Moscú y negociar la paz en Ucrania.

    El presidente Donald Trump cedió ante una creciente presión europea y aceptó financiar, mediante aliados de la OTAN, un nuevo paquete de armas para Ucrania. La decisión marca un giro drástico en su política exterior, históricamente ambigua respecto a Vladimir Putin. Esta medida responde a una estrategia que líderes como el canciller alemán Friedrich Merz orquestaron durante meses. La prioridad: obligar a Moscú a negociar tras una escalada de ataques contra ciudades ucranianas.

    «Todos debemos abrir nuestras carteras ahora», dijo en EE. UU. el ministro de Defensa alemán Boris Pistorius. No fue un gesto simbólico. Alemania se comprometió a adquirir armamento estadounidense con recursos propios y canalizarlo directamente a Ucrania.

    Ese movimiento táctico desbloqueó una conversación clave entre Trump y Merz, días después de que el mandatario estadounidense viera imágenes de bombardeos rusos. Según fuentes diplomáticas, Trump se mostró dispuesto a aceptar la propuesta de Berlín para revender armas estadounidenses a través de socios europeos.

    La portavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, confirmó que Trump ya no oculta su frustración con Putin. “Quiere detener la matanza y poner fin a esta guerra brutal”, declaró. El 14 de julio, el presidente lanzó un ultimátum de 50 días al Kremlin. También anunció nuevas sanciones económicas si no se iniciaban negociaciones serias. En paralelo, Zelensky recibió una advertencia: no habrá misiles de largo alcance y se espera evitar ataques directos a Moscú.

    Un plan de presión millonario con sello europeo

    La cumbre de la OTAN en Países Bajos fue el escenario donde se selló el nuevo pacto: todos los países miembros acordaron elevar su gasto en defensa al 5% del PIB. Con ello cumplieron una exigencia histórica de Trump. A cambio, el presidente accedió a que esas inversiones se traduzcan en armamento dirigido a Kiev. El canciller Merz fue clave.

    Según fuentes alemanas, mantiene contacto semanal con Trump y logró que aceptara la venta de cinco sistemas Patriot tras una llamada telefónica el 3 de julio.

    “Merz encontró el enfoque adecuado, y ahora puede hablar con Trump por teléfono y practicar la diplomacia del talonario”, declaró Nico Lange, exfuncionario alemán de defensa. Alemania, además, modificó su Constitución para poder endeudarse ilimitadamente en nombre de la defensa ucraniana. Eso le permitió asumir el costo inicial de al menos dos sistemas Patriot, mientras negocia con Finlandia, Canadá y Dinamarca el financiamiento de los demás.

    Por su parte, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, estableció una relación cercana con Trump y le expresó abiertamente su apoyo. Al mismo tiempo, países como Francia y Reino Unido trabajaban desde sus cancillerías para alinear posturas. Finlandia aprovechó un encuentro personal entre su presidente Alexander Stubb y Trump en un torneo de golf en Florida para abrir líneas informales de comunicación.

    Interlocución con funcionarios y presión efectiva

    En el frente interno estadounidense, funcionarios considerados cercanos a Ucrania como el secretario del Tesoro Scott Bessent y el secretario de Estado Marco Rubio también participaron en la maniobra. El vicecanciller alemán Lars Klingbeil sostuvo reuniones con Bessent para garantizar el desbloqueo de armas. Por su parte, el ministro de Exteriores Johann Wadephul estableció contacto con Rubio, según fuentes alemanas.

    Hace dos semanas, el Pentágono había suspendido el envío de armas de precisión a Ucrania. Pero tras la intervención de Merz —quien ofreció comprar directamente los sistemas—, Trump se mostró receptivo. Días después, aprobó no dos sino cinco unidades. Noruega ya ha confirmado la compra de uno, y el resto podría distribuirse entre países aliados.

    Trump, sin embargo, mantiene una postura ambigua. Mientras acepta vender armas, insiste en que Ucrania debe evitar provocaciones mayores. Su secretaria de prensa Karoline Leavitt justificó sus preguntas sobre si Kiev debía atacar Moscú o San Petersburgo como simples inquietudes. No obstante, el consenso dentro de la OTAN es que la presión militar conjunta es ahora la vía más efectiva para forzar a Rusia a negociar.

    También te puede interesar: Trump desata bomba: entrega masiva de armas a Ucrania y advierte aranceles del 100% a Rusia si no hay paz en 50 días

     

    Artículos relacionados