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    La fosa común en Al-Qutayfa: un sombrío símbolo de la guerra en Siria con al menos 10 mil cuerpos

    En las afueras de Al-Qutayfa, una ciudad situada a 30 kilómetros al norte de Damasco, Siria, un recinto amurallado esconde una de las atrocidades más oscuras del régimen de Bashar al-Assad. Durante más de una década, esta área, del tamaño aproximado de dos campos de fútbol, sirvió como una fosa común utilizada por el ejército sirio para deshacerse de los cuerpos de prisioneros políticos y civiles opositores al régimen.

    El silencioso testimonio de la fosa

    Bloqueada por una gran cantidad de tierra y protegida por altos muros de hormigón, la fosa de Al-Qutayfa es ahora considerada una de las más grandes del mundo. Según testigos locales, excavadoras y camiones refrigerados llegaban durante las noches para depositar cadáveres en profundas zanjas. Los restos de las primeras fosas eran desenterrados por perros callejeros, lo que llevó a los soldados a cavar aún más profundo.

    “Todo lo que me mandaban, tenía que enterrarlo”, relata Haj Ali Saleh, un exalcalde de la ciudad que renunció en 2012 tras negarse a seguir las órdenes de construir más fosas. Su resistencia le valió una breve detención. Sin embargo, otros asumieron el macabro trabajo, mientras el régimen intensificaba su represión durante los primeros años de la guerra civil siria.

    Una cifra escalofriante

    Aunque el número exacto de víctimas enterradas en Al-Qutayfa sigue siendo incierto, un exalcalde estima que podría superar los 100,000 cuerpos. Esta cifra, de ser precisa, convertiría este lugar en la fosa común más grande del mundo. Sin embargo, la tarea de identificar a los fallecidos es monumental, y los restos de muchas víctimas han sido trasladados a otros lugares en un aparente intento de encubrir la magnitud de las ejecuciones.

    Implicaciones militares y responsabilidad del régimen

    Al-Qutayfa, una ciudad con una fuerte presencia militar, albergaba unidades de élite como la Tercera División del ejército sirio, conocida por su lealtad al régimen. La fosa, inicialmente destinada a prisioneros políticos, se transformó en un sistema industrializado para eliminar opositores. Testigos locales apuntan a altos oficiales militares, muchos de ellos alauitas, como responsables de supervisar estas operaciones.

    El rol de algunos de estos oficiales sigue siendo un misterio. Algunos han huido a Rusia junto con Assad, mientras que otros permanecen escondidos en regiones costeras como Latakia. Intentos por contactar a uno de los generales supuestamente implicados no arrojaron resultados concluyentes.

    El silencio roto y la desesperación por justicia

    Por años, los habitantes de Al-Qutayfa vivieron bajo el miedo y el silencio. Hablar sobre las atrocidades podía significar un boleto directo a la misma fosa. Sin embargo, hoy muchos exigen que el mundo sepa lo ocurrido. “Todos en el pueblo sabían lo que estaba pasando”, dice un granjero local, quien describe cómo un hedor nauseabundo envolvía la ciudad cuando los cuerpos eran desenterrados y reubicados.

    El impacto humanitario de las fosas comunes

    Siria es un país marcado por el dolor de los desaparecidos. Millones de familias desconocen el paradero de sus seres queridos, y para muchos, las fosas comunes representan su única esperanza de respuestas. “La madre de un muerto puede dormir”, dice Ali Schwaat, un granjero que trabajó cerca de la fosa durante más de una década. “Pero la madre de un hijo desaparecido nunca lo hará”.

    Un llamado a la justicia internacional

    Hasta ahora, las nuevas autoridades de Siria no han anunciado planes para exhumaciones ni investigaciones forenses en Al-Qutayfa, pero la indignación de los residentes sigue creciendo. Organizaciones de derechos humanos y expertos internacionales han utilizado imágenes satelitales para documentar el lugar, pero el alcance total de la tragedia sigue siendo desconocido.

    Mientras tanto, Al-Qutayfa se erige como un sombrío recordatorio del costo humano de la represión y la guerra, y un símbolo de la necesidad urgente de justicia para las víctimas y sus familias.

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