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    Israel intensifica ataques por tierra, mar y aire en Gaza pese a la tregua vigente

    El Ejército israelí llevó a cabo nuevos bombardeos por tierra, mar y aire en el norte y el sur de la Franja de Gaza durante la madrugada de este sábado, aun cuando el alto el fuego continúa formalmente en vigor desde el 10 de octubre. Los ataques, reportados por la agencia palestina Wafa, reavivaron la tensión en un territorio que no ha logrado un respiro real pese a la tregua pactada. Según el Ministerio de Sanidad palestino, desde que inició este periodo de cese al fuego, Israel ha matado a 261 personas y ha dejado heridas a otras 632, lo que confirma que los hechos sobre el terreno contradicen la narrativa de desescalada.

    La población permanece bajo una presión constante, entre drones, artillería y disparos provenientes del mar, mientras la comunidad internacional mantiene un silencio que muchos consideran cómplice.

    Bombardeos simultáneos en el norte y el sur de la Franja

    Fuentes locales citadas por Wafa detallaron que la artillería israelí atacó las afueras del barrio Shujaiya, al este de la ciudad de Gaza, mientras un dron abrió fuego en la zona oriental del campo de refugiados de Yabalia. Ninguno de estos ataques dejó víctimas, pero generaron temor entre las familias que sobreviven entre ruinas y desplazamientos forzosos. En la región sur, buques de la armada israelí lanzaron proyectiles hacia la costa de Rafah, pese a la presencia de miles de desplazados que viven en campamentos improvisados desde hace más de un año.

    Israel no emitió comentarios sobre estos ataques puntuales, como ha ocurrido de manera frecuente durante esta etapa. No obstante, suele justificar sus acciones asegurando que responde a la “presencia de terroristas” cerca de la llamada “línea amarilla”, el punto donde sus tropas permanecen replegadas dentro del enclave como parte del acuerdo vigente.

    Tregua cuestionada por la falta de garantías humanitarias

    Aunque la tregua debía frenar la ofensiva militar, organizaciones humanitarias y autoridades palestinas denuncian que el acuerdo ha sido insuficiente para garantizar condiciones mínimas de seguridad y acceso humanitario. Los ataques persistentes han impedido la llegada estable de combustible, alimentos y medicinas, mientras hospitales colapsados operan con infraestructura destruida y personal exhausto. Las familias en Gaza continúan registrando desplazamientos repetidos, buscando zonas “menos peligrosas” que terminan siendo blanco de nuevos bombardeos.

    Más de 1.8 millones de personas viven actualmente en refugios improvisados o en carpas. La falta de agua potable sigue siendo una de las mayores amenazas, agravada por cortes eléctricos prolongados y daños severos en plantas de desalinización.

    Ofensiva prolongada desde 2023 deja cifras devastadoras

    La ofensiva israelí iniciada en octubre de 2023, tras los ataques de Hamás, ha dejado un saldo acumulado de al menos 69,187 palestinos muertos. La mayoría de las víctimas son mujeres y niños. En ese mismo periodo, más de 170,703 personas resultaron heridas, según cifras del Ministerio de Sanidad. Autoridades de rescate advierten que miles de cuerpos siguen bajo los escombros, ya que la Defensa Civil palestina carece de maquinaria pesada para retirarlos. La situación humanitaria, coinciden organizaciones internacionales, es una de las peores registradas en conflictos recientes.

    Los últimos ataques ocurren mientras crecen las presiones diplomáticas para evaluar la continuidad del alto el fuego y revisar las condiciones en las que se está aplicando. Sin embargo, por ahora no existe un mecanismo que garantice que las partes cumplan la tregua de manera efectiva.

    Impacto geopolítico y riesgo regional

    Analistas advierten que la persistencia de ataques durante la tregua no solo prolonga la crisis humanitaria, sino que incrementa el riesgo de que el conflicto escale hacia países vecinos. La tensión con Líbano, los movimientos en el mar Mediterráneo y la presión interna en Israel dificultan cualquier ruta clara hacia una paz duradera. La comunidad internacional, mientras tanto, mantiene llamados repetidos a la contención, aunque sin lograr frenar las operaciones militares.

    La población palestina vive así una tregua nominal que, en los hechos, no les otorga protección. Los nuevos bombardeos confirman que la violencia continúa marcando la vida diaria en Gaza, donde cada ataque evidencia que el acuerdo vigente es insuficiente para detener una crisis que ya parece no tener retorno.

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