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    Trump endurece agenda arancelaria: Cobre, fármacos y semiconductores encabezan la nueva ofensiva sectorial

    Una nueva ofensiva económica del presidente Donald Trump está sacudiendo los mercados internacionales. En plena carrera por recuperar la Casa Blanca, su equipo ha revelado un plan arancelario dirigido a sectores estratégicos como el cobre refinado, los medicamentos genéricos y los semiconductores, apuntando directamente contra países como China, India y México. La medida, que revive los métodos proteccionistas de su primer mandato, busca capital político en el electorado industrial… pero también amenaza con desatar represalias y tensiones comerciales globales.

    Según documentos filtrados por el comité de campaña republicano y confirmados por analistas de Bloomberg y The Wall Street Journal, Trump propondrá aranceles que oscilan entre el 10% y el 60% para importaciones en industrias que considera «clave para la seguridad económica de EE. UU.» Entre ellas destacan el cobre refinado y procesado —cuyos principales proveedores son Chile, México y Perú—, así como una amplia gama de medicamentos fabricados en la India y componentes de chips provenientes de Asia.

    Aunque el presidente Trump no ha hecho un anuncio oficial, su equipo ha esbozado públicamente la estrategia como una respuesta a la «desindustrialización forzada» que, según ellos, sufre EE. UU. desde hace décadas. «Ya no permitiremos que intereses extranjeros dicten nuestras cadenas de suministro ni destruyan nuestros empleos», declaró uno de los principales asesores económicos del expresidente en una entrevista reciente con Fox Business.

    México, en la mira por el cobre y más

    Para México, la advertencia es directa. Además de ser uno de los principales proveedores de cobre procesado hacia EE. UU., el país también exporta medicamentos genéricos a través de laboratorios con operación binacional. Si el plan se ejecuta, industrias mexicanas clave podrían enfrentar aumentos drásticos en sus costos logísticos y aduanales.

    Además, Trump ha insistido en renegociar —por segunda vez— las reglas del T-MEC, lo que ha encendido alarmas entre exportadores y cámaras industriales mexicanas. «Esta amenaza arancelaria podría poner en jaque a sectores enteros que apenas se están recuperando tras la pandemia y los problemas de suministro global», advirtió el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior en un comunicado.

    Una jugada electoral, pero con consecuencias globales

    Los aranceles forman parte del llamado “Plan 10+”, una propuesta de política económica que busca imponer un mínimo de 10% a todas las importaciones, y aranceles mayores para productos “vitales” que sean producidos masivamente en países considerados “hostiles o manipuladores”. China encabeza esa lista. India, Vietnam y México también figuran en categorías sensibles.

    A juicio de analistas de JP Morgan y Deutsche Bank, la medida podría reactivar ciertas industrias locales de EE. UU. a corto plazo, pero con un costo inflacionario considerable y un impacto negativo en la estabilidad comercial. “Es una estrategia con lógica electoral, pero que podría desatar guerras comerciales innecesarias justo cuando el mundo busca estabilizar cadenas de suministro”, apuntó un reporte de Credit Suisse.

    Las farmacéuticas y el sector de chips en alerta

    Las mayores farmacéuticas que operan desde la India, como Sun Pharma y Dr. Reddy’s, ya emitieron advertencias sobre posibles interrupciones de exportación hacia EE. UU. si las nuevas tarifas se confirman. Lo mismo ocurre en el sector de semiconductores, donde gigantes como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) y Samsung han expresado preocupación por la pérdida de acceso preferencial al mercado estadounidense.

    Por su parte, la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) en México recordó que Trump ya ha usado el arancel como herramienta de presión política en el pasado, incluso con amenazas condicionadas a temas migratorios. «El cobre podría convertirse en una nueva moneda de cambio geopolítica», señaló su presidente en entrevista con Crónica Económica.

    El equipo de campaña de Trump no ha detallado los tiempos de implementación, pero los asesores legales han indicado que varias medidas podrían activarse vía órdenes ejecutivas en los primeros 100 días de un eventual segundo mandato.

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