El presidente Donald Trump cambió de postura y anunció que Estados Unidos reanudará el envío de armas a Ucrania, apenas días después de que el Pentágono suspendiera temporalmente la entrega de ciertos misiles de defensa aérea y artillería de precisión.
Esta pausa había tomado por sorpresa a Kiev y a sus aliados, pues el Pentágono explicó que la medida respondía a que las reservas militares de EE. UU. estaban disminuyendo demasiado rápido. Sin embargo, Trump afirmó que “tenemos que hacerlo. Tienen que poder defenderse. Les están golpeando muy fuerte ahora. Vamos a enviar más armas, principalmente defensivas”.
La decisión de detener los envíos llegó en un momento crítico, con bombardeos rusos cada vez más sofisticados y prolongados durante más de tres años de guerra. Sin embargo, tras la presión política y la reevaluación, el Pentágono confirmó que por orden de Trump se retomarán los suministros para asegurar que Ucrania pueda defenderse y se avance hacia una paz duradera.
Aunque la estrategia general del gobierno estadounidense continúa centrada en la prioridad “Estados Unidos primero”, según el portavoz Sean Parnell, la tensión con Rusia no cede. Durante una cena en la Casa Blanca con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Trump manifestó una creciente frustración con Vladímir Putin.
Trump presiona en búsqueda de paz
Trump ha buscado una salida rápida al conflicto, que prometió resolver desde el inicio de su segundo mandato, y ha amenazado con nuevas sanciones, aunque aún no las ha impuesto, contra la industria petrolera rusa para presionar por negociaciones de paz.
El senador republicano Lindsey Graham, aliado de Trump, anunció que tiene luz verde para impulsar un proyecto de ley con un arancel del 500% a los países que sigan comprando petróleo ruso, medida que afectaría a gigantes económicos como China e India.
La tensión por contener la invasión rusa, la falta de avances en las negociaciones y la suspensión temporal de armas han obligado a Ucrania a pedir más apoyo militar de Estados Unidos y Europa.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, explicó que la pausa en las entregas forma parte de una “revisión estándar de todas las armas y toda la ayuda” que EE. UU. proporciona a nivel mundial, no solo a Ucrania.
Uno de los conflictos más complejos y prolongados
La guerra en Ucrania, que comenzó en 2022 con la invasión rusa, ha sido uno de los conflictos más complejos y prolongados en Europa en décadas. Desde entonces, Estados Unidos y sus aliados han proporcionado miles de millones de dólares en ayuda militar para fortalecer la defensa ucraniana. Sin embargo, la dinámica del conflicto ha obligado a Washington a equilibrar su apoyo con sus propias necesidades estratégicas y reservas militares.
Este equilibrio ha generado tensiones dentro del gobierno estadounidense y entre sus aliados europeos, quienes temen que una reducción en la ayuda pueda debilitar la resistencia ucraniana y alterar el delicado balance geopolítico. La decisión inicial de pausar el envío de armas se interpretó como un signo de agotamiento o cambio de prioridades, lo que provocó críticas tanto en Ucrania como en el Congreso de EE. UU.
Por otra parte, la situación humanitaria en Ucrania se agrava día a día. Los ataques rusos no solo han causado miles de muertes entre civiles, sino que también han desplazado a millones de personas dentro y fuera del país. Esta crisis humanitaria aumenta la presión internacional para mantener y, en ocasiones, aumentar la ayuda militar y económica hacia Kiev, a pesar de las complejidades políticas que esto implica.
También te puede interesar: Trump anuncia aranceles a Japón, Corea del Sur y otros socios; advierte sobre represalias




