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    Donald Trump impulsa impuesto a remesas: Amenaza directa a millones de familias migrantes

    El Congreso de Estados Unidos se prepara para votar el megaproyecto presupuestal impulsado por el presidente Donald Trump, y uno de los puntos más polémicos del paquete es la propuesta para imponer un impuesto del 1% a las remesas enviadas al extranjero. La medida impactaría directamente a millones de familias migrantes, especialmente en América Latina.

    El plan forma parte de la ley denominada One Big Beautiful Bill Act, un voluminoso documento de 940 páginas que contiene reformas fiscales, recortes al gasto social y nuevas asignaciones para defensa y control fronterizo. Sin embargo, ha sido la sección 70605, referida al impuesto a las remesas, la que ha encendido las alarmas en comunidades migrantes, gobiernos latinoamericanos y organismos financieros.

    ¿Qué implica el nuevo impuesto a las remesas?

    De acuerdo con el proyecto legislativo, el impuesto contempla los siguientes puntos clave:

    • Se aplicará un 1% del monto total de cada remesa enviada en efectivo, money orders, cheques de caja u otros instrumentos físicos.
    • El remitente será el responsable de pagar el impuesto.
    • Las empresas o comercios que presten el servicio de envío deberán cobrar el impuesto en el momento de la operación y transferirlo trimestralmente al gobierno federal.
    • En caso de que el impuesto no se cobre al momento del envío, la empresa remesadora asumirá la responsabilidad del pago.
    • Quedarán exentas las transferencias realizadas desde cuentas bancarias o tarjetas de débito/crédito emitidas en EE. UU.
    • El gravamen entrará en vigor a partir del 31 de diciembre de 2025.

    La legislación será sometida a una votación inicial este fin de semana en el Senado, donde los republicanos tienen mayoría. De ser aprobada, se iniciarían sesiones maratónicas hasta el domingo, con la posible inclusión de enmiendas impulsadas por la bancada demócrata, que probablemente serán rechazadas.

    La versión del Senado se suma a la ya aprobada en la Cámara de Representantes. Una votación favorable colocaría el plan a un paso de convertirse en ley, justo en medio de las celebraciones del 4 de julio, una fecha clave para la administración Trump.

    Críticas desde México: Banxico y el riesgo económico

    El Banco de México (Banxico) reiteró su profunda preocupación por el impacto de este impuesto. Advirtió que la medida podría poner en riesgo la estabilidad de los flujos financieros, afectar a millones de hogares vulnerables que dependen de las remesas y fomentar el uso de canales informales e inseguros para el envío de dinero.

    Además, Banxico alertó sobre las implicaciones macroeconómicas: las remesas representan un motor clave para el consumo y el desarrollo en regiones con alta dependencia de estos ingresos, y cualquier distorsión podría afectar el dinamismo económico local y nacional.

    Tan solo en 2023, México recibió más de 63 mil millones de dólares en remesas, en su mayoría provenientes de Estados Unidos. Para muchas familias, estos recursos son su principal sustento. Un impuesto del 1% podría traducirse en cientos de millones de dólares menos en ingresos anuales para millones de hogares en países como México, El Salvador, Honduras y Guatemala.

    ¿Qué buscan Trump y sus aliados?

    El presidente Trump ha promovido este proyecto como una herramienta para financiar medidas de control migratorio, alegando que las remesas representan una fuga de capital. Sus impulsores republicanos defienden la iniciativa como parte de una estrategia para reducir el déficit fiscal.

    No obstante, analistas económicos han advertido que este megaproyecto podría aumentar la deuda pública y agravar las desigualdades, debido a la reducción del gasto social y las nuevas cargas impuestas a sectores vulnerables.

    La votación de este megaproyecto presupuestal pone sobre la mesa una discusión de fondo: ¿quiénes pagarán el costo de las reformas fiscales y de seguridad en EE. UU.? Para millones de migrantes y sus familias, la respuesta parece clara: los más pobres serán quienes asuman el peso de una medida que amenaza con profundizar la desigualdad y el aislamiento financiero.

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