El empresario Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, criticó con dureza la última versión del proyecto de ley fiscal impulsado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, actualmente en discusión en el Senado. En una publicación en su red social X, Musk calificó la iniciativa como “totalmente insensata y destructiva”, advirtiendo que su aprobación provocaría la pérdida de millones de empleos y pondría en riesgo el futuro estratégico del país.
“¡El último proyecto de ley del Senado destruirá millones de trabajos en Estados Unidos y causará un inmenso daño estratégico a nuestro país!”, escribió Musk. “Da limosnas a las industrias del pasado mientras perjudica gravemente a las industrias del futuro”.
La declaración de Musk llega en un momento crítico del debate legislativo, cuando el Senado abrió oficialmente el proceso de deliberación del denominado “gran y hermoso proyecto de ley” de Trump. El plan considera recortes fiscales por más de 4 billones de dólares, incrementa el gasto en defensa y migración, y reduce el presupuesto de programas sociales e incentivos verdes.
Tensión entre Musk y Trump
Aunque semanas atrás Musk y Trump habían limado asperezas tras una larga disputa mediática, el nuevo pronunciamiento del magnate reaviva las tensiones. La ley, entre otras disposiciones, recorta beneficios fiscales para sectores clave como energías limpias, movilidad eléctrica y manufactura avanzada, áreas en las que Musk tiene una participación determinante a través de empresas como Tesla, Neuralink y SpaceX.
Según estimaciones del académico Jesse Jenkins, profesor de Princeton y especialista en políticas energéticas, la versión actual del proyecto “eliminaría cientos de miles de millones de dólares en inversión privada, reduciría la competitividad estadounidense y aumentaría la contaminación”.
Musk, un defensor abierto de la innovación tecnológica y la transición energética, ve en el proyecto una amenaza directa para las industrias del siglo XXI. La eliminación de incentivos fiscales a la energía eólica, solar y a los vehículos eléctricos —pilares de la política climática impulsada en años recientes— representa, en palabras del empresario, “un retroceso histórico” que pone en riesgo tanto el liderazgo económico como ambiental del país.
Además, cuestionó que la propuesta priorice “industrias del pasado”, como los combustibles fósiles, a través de exenciones fiscales y subsidios regresivos, mientras “asfixia” la competitividad de los sectores emergentes.
Un escenario político polarizado
La advertencia de Musk se suma a las críticas de otros sectores empresariales, legisladores demócratas y expertos fiscales, quienes advierten que el paquete fiscal podría incrementar la deuda pública en más de 2.4 billones de dólares en la próxima década, según datos de la Oficina Presupuestaria del Congreso.
Sin embargo, Trump continúa promoviendo el proyecto como una medida “proempleo, probordes y proempresa”, e incluso ha pedido que sea aprobado y firmado antes del 4 de julio, Día de la Independencia de EE. UU.
Con la votación aún pendiente y el margen de apoyo en el Senado reducido, las declaraciones de Musk podrían incidir en la postura de senadores republicanos indecisos o críticos con los efectos de la reforma.
Lo que está en juego no solo es el rumbo económico inmediato de Estados Unidos, sino también la definición del modelo productivo que el país quiere abrazar: uno anclado en industrias tradicionales o uno que apueste por la innovación y el futuro tecnológico.
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