El 9 de septiembre de 2025, el primer ministro de Nepal, KP Sharma Oli, presentó su renuncia tras dos días de protestas masivas que dejaron al menos 21 muertos y más de 400 heridos, marcando la peor crisis política en el país en décadas. La dimisión, confirmada por su asesor Prakash Silwal, se produjo después de que manifestantes, en su mayoría jóvenes de la Generación Z, irrumpieran en el Parlamento en Katmandú, incendiaran residencias de líderes políticos y exigieran el fin de la corrupción y la renuncia de Oli. En su carta al presidente Ram Chandra Paudel, Oli expresó: “He renunciado para facilitar una solución política conforme a la constitución”.
Origen de las protestas
Las manifestaciones comenzaron el 8 de septiembre tras una prohibición gubernamental de 26 plataformas de redes sociales, como Facebook, X, YouTube, Instagram y WhatsApp, por no registrarse con el Ministerio de Comunicación y Tecnología de la Información. El gobierno justificó la medida alegando desinformación y fraude, pero los críticos la calificaron como un intento de censura para silenciar el descontento por la corrupción sistémica y el nepotismo.
Los jóvenes, frustrados por el desempleo y la opulencia de las familias de políticos corruptos, usaron símbolos como el Jolly Roger de One Piece para expresar su resistencia. La prohibición fue levantada el lunes por la noche tras un gabinete de emergencia, pero las protestas se intensificaron, exigiendo la renuncia de Oli y reformas estructurales.
Escalada de la violencia
El lunes, la policía abrió fuego con balas de goma y reales contra decenas de miles de manifestantes que rodearon el Parlamento, dejando 19 muertos, incluido un estudiante de 12 años, y más de 300 heridos.
El martes, a pesar de un toque de queda indefinido en Katmandú, Lalitpur y Bhaktapur, los manifestantes incendiaron el Parlamento, las oficinas del Congreso Nepalí y las residencias de Oli, el presidente Paudel, el ex primer ministro Pushpa Kamal Dahal (“Prachanda”) y Sher Bahadur Deuba, líder del Congreso Nepalí. También se reportó el incendio de una escuela propiedad de Arzu Deuba Rana, ministra de Relaciones Exteriores. Videos en redes sociales mostraron a manifestantes escribiendo “Ganamos” en las paredes del Parlamento, mientras el humo cubría la capital.
Reacciones y consecuencias
La represión desató la renuncia de cinco ministros del gabinete de Oli, incluidos Ramesh Lekhak (Interior), Ramnath Adhikari (Agricultura), Pradeep Paudel (Salud), Teju Lal Chaudhary (Juventud) y Pradeep Yadav (Agua), quienes citaron motivos morales por la violencia contra los manifestantes. El ministro de Finanzas, Bishnu Prasad Paudel, fue agredido, y varios líderes fueron evacuados en helicópteros militares. El jefe del ejército, General Ashok Raj Sigdel, instó a Oli a renunciar para estabilizar el país, según India Today. Oli, de 73 años y líder del Partido Comunista de Nepal (UML), solicitó un paso seguro para salir de su residencia en Baluwatar, con rumores de un posible viaje a Dubái bajo el pretexto de tratamiento médico.
Los manifestantes, liderados por estudiantes, exigieron justicia por las muertes, el fin de la corrupción y la formación de un gobierno interino.
“Nepal se corrompe día a día. En salud y educación, la corrupción crece”, dijo Satish Mandal, de 26 años, a la BBC.
Bishnu Thapa Chetri, otro estudiante, expresó a AP: “No hay motivos para que los jóvenes nos quedemos en este país”. La alcaldía de Katmandú, liderada por Balendra Shah, un rapero de 35 años, apoyó a los manifestantes, instándolos a la moderación tras la renuncia de Oli. La comunidad internacional, incluidas embajadas como la de EE.UU. y Japón, expresó tristeza por las muertes y llamó al diálogo.
Impacto regional y futuro incierto
El Aeropuerto Internacional de Tribhuvan cerró por el humo de los incendios, afectando vuelos de Air India e IndiGo, mientras India reforzó la seguridad en su frontera con Nepal. El presidente Paudel aceptó la renuncia de Oli y comenzó consultas para nombrar un nuevo primer ministro, pero el futuro del gobierno de coalición entre el UML y el Congreso Nepalí es incierto, con rumores de elecciones anticipadas.
La crisis, la peor desde la abolición de la monarquía en 2008, expone el hartazgo de la juventud con la inestabilidad política y la falta de oportunidades en Nepal, un país donde miles emigran diariamente a países como el Golfo Pérsico.
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