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    Nicolás Sarkozy visto trotando luego de su liberación

    Nicolas Sarkozy, el expresidente francés de 70 años, saboreó su primer día de libertad este martes 12 de noviembre con una rutina de normalidad tras 21 días en la cárcel La Santé de París. Liberado el lunes bajo supervisión judicial por un tribunal de apelaciones, el exmandatario inició la jornada con una carrera matutina en el Bois de Boulogne, custodiado por guardaespaldas, antes de almorzar con su esposa Carla Bruni en su brasserie favorita, Le Flandrin, en el distrito 16. La tarde culminó con una reunión familiar: hijos y nietos lo visitaron en su mansión, marcando un reencuentro emotivo.

    A las 10:00 horas, Sarkozy corrió 45 minutos por el parque cercano, vestido con sudadera gris y zapatillas, recuperando su hábito preencarcelamiento. En Le Flandrin, la pareja fue recibida con aplausos de comensales; niños se acercaron a saludarlo, y el personal lo despidió con ovaciones, según Paris Match y Closer. “Busca retomar la normalidad”, filtró su entorno. Declinó la invitación de Emmanuel Macron al Día del Armisticio, priorizando privacidad.

    De la pesadilla a la apelación

    En la audiencia de apelación por videoconferencia, describió su detención como “una pesadilla”: “Nunca imaginé que experimentaría la prisión a los 70 años. Es duro, muy duro”. Agradeció al personal penitenciario y reiteró: “Nunca admitiré algo que no hice”.

    Sarkozy, primer expresidente francés encarcelado en tiempos modernos desde el 25 de septiembre, cumple una condena de cinco años por financiación ilegal de su campaña 2007 con 50 millones de euros de Muammar Khadafy. Sus colaboradores negociaron con libios, según jueces; él niega toda implicación. El tribunal lo liberó con restricciones: no salir de Francia ni contactar coacusados o testigos. La apelación se prevé para primavera 2026.

    Carla Bruni, de 57 años, lo acompañó en la audiencia y regreso a casa con dos de sus hijos. La pareja planea rutina en sus oficinas de Miromesnil: recibir visitas, responder correspondencia y preparar la defensa. “Fue una pesadilla”, repitió Sarkozy, pero su abogado Christophe Ingrain celebró: “Implementación normal de la ley; la libertad en espera de apelación es la regla”. En Francia, detención solo aplica a riesgos de fuga o presión a testigos.

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