Un teólogo adventista identificado como M.A.O.B fue condenado este fin de semana a presidio perpetuo más 15 años adicionales, tras ser hallado culpable de liderar durante 10 años una red de pedofilia en Chillán, Región del Ñuble, en Chile. La red tenía como principal víctima a su hijastra, quien tenía solo 8 años cuando comenzaron los abusos.
Además de M.A.O.B, otras 13 personas fueron sentenciadas con penas que oscilan entre los 3 y 17 años de cárcel, aunque algunas cumplirán sus condenas bajo libertad vigilada. Sin embargo, una de las personas identificadas como «el peor de todos» por la propia víctima sigue libre y sin ser investigada.
Detalles de los crímenes y condenas
El sábado, cinco de los acusados fueron sentenciados por delitos como violación reiterada, estupro y producción de material pornográfico infantil, quedando tras las rejas. Otros nueve, incluida la madre de la víctima, accedieron a juicios abreviados, lo que les permitirá cumplir sus penas de 5 años y un día bajo libertad vigilada.
El fiscal Richard Urra, encargado del caso, destacó la magnitud de la investigación, que incluyó el análisis de más de 16 mil imágenes, 134 videos de contenido sexual, 600 conversaciones en redes sociales y 60 días de interceptaciones telefónicas. «El trabajo realizado fue muy intenso, profesional y acucioso para obtener la condena de todos los imputados», declaró el fiscal.
La manipulación psicológica: clave en los abusos
M.A.O.B, un respetado teólogo adventista en la comunidad, usó su posición para manipular psicológicamente a su víctima. Inicialmente se acercó a ella como profesor particular y posteriormente entabló una relación sentimental con la madre, lo que le permitió ejercer control sobre la niña.
Según la Fiscalía, el abusador programó a la menor para que entendiera que las conductas a las que fue expuesta eran «normales». Durante una década, no solo abusó y violó a su hijastra, sino que también organizó una red de cómplices que participaron en los delitos.
El tribunal reconoció que la víctima estaba incapacitada para oponer resistencia, no por razones físicas, sino debido al daño psicológico infligido por el abusador.
Un cómplice clave sigue libre
Pese a los avances en el caso, la investigación dejó un importante cabo suelto. Un hombre de 61 años, señalado por la víctima como «el peor de todos» y descrito como el brazo derecho de M.A.O.B, no fue formalizado. Este individuo, identificado como técnico en enfermería, trabaja en establecimientos públicos de salud en la región y no ha sido investigado.
Aunque varios condenados confirmaron su rol como reclutador dentro de la red y uno incluso se ofreció a llevar a los detectives hasta su domicilio, esto nunca se concretó.
La «Operación Tailandia»: reconocimiento y polémica
La investigación, conocida como la «Operación Tailandia» en alusión a los llamados «masajes tailandeses» que los condenados practicaban con la víctima, fue premiada por su rigor. Sin embargo, el hecho de que uno de los principales implicados siga libre ha generado controversia.
Según un reportaje de BBCL Investiga, este hombre se encuentra actualmente con licencia médica, como confirmó Carolina Riquelme, directora del Centro de Salud Familiar Federico Puga de Chillán.
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