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    Una casa fue arrastrada por el río ante la mirada de sus vecinos en Nuevo México

    Un alud de agua arrastró una casa entera en el pueblo de Ruidoso, al sur de Nuevo México, tras lluvias monzónicas que colapsaron el río Ruidoso, provocando una situación de emergencia en la que al menos 85 personas tuvieron que ser rescatadas.

    Los hechos ocurrieron la tarde del martes, cuando una tormenta repentina generó una crecida violenta del río. Decenas de vecinos presenciaron desde la cervecería Downshift Brewing Company cómo una vivienda con puerta turquesa fue llevada por la corriente. La estructura, reconocida como propiedad de la familia de una residente local, no tenía ocupantes al momento del incidente.

    «He estado en esa casa y tengo recuerdos de ella, así que verla bajar por el río fue realmente desgarrador. Simplemente no podía creerlo», relató Kaitlyn Carpenter, artista local que grabó el momento desde la cervecería junto a unas 50 personas que se refugiaban del temporal.

    Zona afectada por incendios, ahora golpeada por inundaciones

    El Departamento de Seguridad Nacional y Gestión de Emergencias de Nuevo México confirmó que no hubo víctimas fatales ni heridos graves reportados inicialmente. Sin embargo, las autoridades advirtieron que los daños aún no han sido cuantificados completamente, debido al alto nivel del agua. Danielle Silva, vocera de la dependencia, advirtió que el caudal observado fue incluso mayor que el registrado el verano pasado.

    «Es una cantidad significativa de agua que fluye por todas partes, parte de ella en zonas nuevas que no se inundaron el año pasado», afirmó Silva.

    El Servicio Meteorológico Nacional emitió varias alertas para la región, luego de registrar un incremento súbito del nivel del río en casi 2.7 metros. Esta situación obligó a las autoridades a cerrar calles, puentes y a habilitar tres refugios de emergencia para atender a los damnificados. La Guardia Nacional desplegó dos equipos de rescate, mientras cuerpos locales apoyaron las labores desde el inicio de la emergencia.

    Esta región ya había enfrentado un desastre natural reciente. En el verano de 2024, los incendios South Fork y Salt arrasaron más de 1,400 viviendas y zonas forestales. Esos incendios dejaron el terreno sin vegetación, lo que impidió la absorción del agua de lluvia, facilitando el escurrimiento hacia el río.

    Según el meteorólogo Matt DeMaria, las lluvias de esta semana se concentraron en zonas previamente devastadas por el fuego, agravando el riesgo de inundación. Las primeras mediciones indican que el río alcanzó un nivel de hasta seis metros por encima de su marca habitual, una cifra que podría marcar récord.

    Testimonios y temor persistente en la comunidad

    Mientras el agua descendía por la noche del martes, los habitantes compartían escenas de devastación. Carpenter, quien perdió su estudio de arte durante las inundaciones del año anterior, describió un ambiente cargado de angustia: “El aire olía a gasolina, el río derribaba árboles, era bastante aterrador”.

    Cory State, empleado de la cervecería, explicó que recibió a decenas de personas que se refugiaron mientras el granizo golpeaba las ventanas. “La casa arrastrada fue solo una de las muchas cosas devastadoras del día”, comentó.

    Las autoridades locales instaron a la población a mantenerse en zonas elevadas y seguir monitoreando los canales oficiales ante posibles nuevas tormentas, dado que la temporada de monzones apenas comienza y se prevén más lluvias en los próximos días.

    ¿Qué son las lluvias monzónicas?

    Este tipo de fenómeno climático implica cambios estacionales en la dirección del viento, producto de la diferencia de temperatura entre la tierra y los cuerpos de agua. En verano, el aire caliente sobre el suelo atrae vientos húmedos desde zonas más frías, lo que genera precipitaciones intensas.

    La palabra “monzón” proviene del árabe mausim, que significa “estación”, y su impacto varía según el lugar: mientras en Asia suelen estar vinculados a inundaciones prolongadas, en el suroeste de EE. UU., como en Nuevo México, pueden provocar tormentas breves pero intensas.

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