El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el pasado domingo un nuevo arancel del 100% para todas las películas producidas en el extranjero que busquen ingresar al mercado estadounidense. A través de su red Truth Social, Trump argumentó que esta medida busca proteger la industria cinematográfica nacional, al borde del colapso, según sus propias palabras.
Trump afirmó que Hollywood enfrenta una crisis sin precedentes debido a la competencia desleal de cineastas extranjeros, quienes, según él, reciben subsidios de sus gobiernos para atraer producciones hacia sus países. «Hollywood y muchas otras zonas de Estados Unidos están siendo devastadas», escribió, insistiendo en que la migración de producciones al extranjero representa una amenaza directa a los empleos en la industria local.
En el mismo mensaje, el presidente estadounidense justificó su decisión como una acción necesaria para defender la seguridad nacional. “La propaganda extranjera está destruyendo nuestra identidad cultural”, advirtió. Además, confirmó que ya instruyó al Departamento de Comercio y a la Oficina del Representante Comercial para aplicar de inmediato el nuevo arancel.
Una decisión más en su guerra comercial
Este nuevo arancel se suma a una larga lista de restricciones impuestas por la actual administración, entre ellas, las dirigidas al acero, automóviles, jitomate e incluso tarifas generalizadas del 10% a más de 100 países. Sin embargo, la decisión de golpear directamente al entretenimiento extranjero representa un giro radical en la política cultural del país.
“Arancel del 100% sobre todas y cada una de las películas que ingresan a nuestro país y que se producen en países extranjeros. ¡QUEREMOS PELÍCULAS HECHAS EN ESTADOS UNIDOS, OTRA VEZ!”, escribió Trump con mayúsculas en Truth Social.
Hasta ahora, el gremio artístico en Hollywood ha mantenido el silencio ante esta decisión, una diferencia notable con su actitud crítica durante el primer mandato de Trump. En aquella época, actores, directores y productores expresaron abiertamente su oposición a diversas políticas del presidente republicano.
Algunos analistas consideran que este nuevo arancel podría encarecer la oferta cinematográfica internacional en Estados Unidos, limitando el acceso del público a contenidos diversos y reduciendo la competitividad del mercado. Otros, sin embargo, ven en la medida una oportunidad para revitalizar los estudios locales y fomentar el empleo en la industria nacional.
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“Arancel del 100% sobre todas y cada una de las películas que ingresan a nuestro país y que se producen en países extranjeros. ¡QUEREMOS PELÍCULAS HECHAS EN ESTADOS UNIDOS, OTRA VEZ!”, escribió Trump con mayúsculas en Truth Social.

