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    Parlamento iraní aprueba cerrar el Estrecho de Ormuz tras ataque de EE. UU.

    En una medida que podría desatar una crisis energética global, el Parlamento de Irán aprobó este domingo la recomendación para cerrar el Estrecho de Ormuz. La decisión ocurre como represalia por el ataque ordenado por el presidente Donald Trump contra tres instalaciones nucleares iraníes. El cierre aún requiere la aprobación del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.

    El Estrecho de Ormuz es una vía estratégica por la que transita aproximadamente el 20 % del petróleo mundial. El anuncio fue confirmado por el general Esmaeil Kousari, miembro de la Comisión de Seguridad Nacional del Parlamento iraní, quien declaró que la cámara ha llegado a la conclusión de que “hay que cerrar el estrecho”. No obstante, aclaró que la decisión final corresponde al Consejo Supremo de Seguridad Nacional, presidido por Jamenei.

    Escalada con impacto petrolero global

    Irán produce unos 3,3 millones de barriles de petróleo diarios y exporta cerca de 1,7 millones. El cierre del Estrecho de Ormuz bloquearía no solo sus exportaciones, sino también las de Arabia Saudita, Irak, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos. La vía conecta el Golfo Pérsico con el mar de Omán, y su cierre podría causar una interrupción masiva en el suministro global de crudo y gas natural licuado.

    “El cierre de esta ruta afectaría directamente al 20 % de la producción mundial de energía”, alertó el analista energético Warren Patterson, de ING Research. Según sus proyecciones, el precio del petróleo podría dispararse hasta los 120 dólares por barril si la interrupción se concreta. De prolongarse, el Brent podría superar los 150 dólares, marcando un nuevo récord histórico por encima de la marca alcanzada en 2008.

    El analista Saul Kavonic, de MST Marquee en Sídney, coincidió en que el mercado energético ya reacciona con nerviosismo. “Podríamos ver al petróleo por encima de los 100 dólares si Irán responde como ha prometido”, indicó a la agencia Reuters.

    Una amenaza antigua, ahora con peso real

    Aunque Irán ha amenazado en múltiples ocasiones con cerrar el estrecho, nunca antes había avanzado tanto en una decisión formal. En 2018, tras la salida de EE. UU. del acuerdo nuclear, el régimen advirtió que bloquearía la vía si se intensificaban las sanciones. En 2019 y 2021, también lanzó advertencias similares tras nuevos embargos, pero no las ejecutó.

    Durante esos años, el Estrecho de Ormuz fue escenario de diversos incidentes. Hubo ataques a petroleros, abordajes de buques y enfrentamientos con fuerzas navales estadounidenses. A pesar de la tensión, Irán mantuvo abierto el paso por razones geoestratégicas y económicas.

    Como medida preventiva, en 2021, Irán inauguró una nueva terminal petrolera en Jask, en el mar de Omán. Este puerto permite exportar crudo sin pasar por Ormuz, gracias a un oleoducto de 1.000 kilómetros desde el campo de Goreh. Sin embargo, su capacidad actual de transferencia —300.000 barriles diarios— es insuficiente para sustituir completamente las exportaciones por Ormuz.

    La decisión del Parlamento marca un punto de inflexión. La tensión entre Irán y Estados Unidos se encuentra en su nivel más alto desde 2018. Cualquier acción que limite el flujo por el Estrecho no solo afectaría a Medio Oriente, sino también a la inflación global y a la política monetaria de países dependientes de energía importada.

    Ahora, todos los ojos están puestos en el ayatolá Jamenei. Su resolución podría marcar el inicio de una fase aún más peligrosa en el conflicto.

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