El anuncio de nuevos aranceles recíprocos por parte del presidente Donald Trump ha provocado una aceleración histórica en las exportaciones desde Asia hacia Estados Unidos, lo que ha contribuido a un fuerte aumento del déficit comercial estadounidense.
En mayo, países como Vietnam, Taiwán y Tailandia alcanzaron récords en sus envíos a EE. UU., con Taiwán destacando al registrar un aumento cercano al 90% respecto al mismo periodo del año anterior. Corea del Sur también mostró cifras récord y mantuvo su crecimiento en lo que va de junio. Estos movimientos anticipan los cambios arancelarios que entrarán en vigor a principios de julio, cuando Trump planea implementar tarifas más elevadas.
Este fenómeno contrasta con el patrón tradicional, donde las exportaciones asiáticas se concentran hacia fin de año para abastecer la temporada navideña en Estados Unidos. Ahora, la urgencia de las empresas por evitar los nuevos aranceles ha llevado a un aumento masivo en los envíos meses antes de lo usual.
Impacto en el déficit comercial y la economía regional
El déficit comercial de Estados Unidos con Asia creció de forma notable este año. Se estima que en mayo alcanzó 91 mil millones de dólares, elevando el acumulado anual a casi 643 mil millones, superando el récord previo registrado durante la pandemia. Este déficit se alimenta principalmente de las importaciones provenientes de países asiáticos, aunque también la fuerte compra de productos farmacéuticos europeos contribuyó al saldo negativo.
Si bien este aumento en las exportaciones asiáticas parece beneficioso para las empresas en el corto plazo, existe incertidumbre sobre el futuro. De concretarse los aranceles más altos que Trump ha anunciado para principios de julio, se prevé un retroceso en los envíos, lo que afectaría el crecimiento económico de la región y la estabilidad del comercio global.
La Organización de Cooperación Económica Asia-Pacífico ya ajustó a la baja su pronóstico de crecimiento para este año, de 3.3% a 2.6%, citando las tensiones comerciales como uno de los principales frenos.
China enfrenta retos adicionales en este escenario, ya que sus exportaciones a Estados Unidos disminuyeron en mayo pese a la tregua arancelaria pactada en Ginebra. Para esquivar las tarifas elevadas, algunas empresas chinas recurren al “lavado de origen”, enviando productos a través de terceros países. Paralelamente, intentan fortalecer sus mercados internos para compensar la caída de la demanda externa.
Este contexto pone en riesgo el crecimiento chino, que depende cada vez más de la demanda externa para contrarrestar problemas como la crisis inmobiliaria y el bajo consumo interno.
Presión sobre las negociaciones y el comercio global
El incremento histórico en las exportaciones antes de la entrada en vigor de los aranceles podría complicar las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y las economías asiáticas. La presión política para mantener tarifas elevadas se enfrenta a un mercado que ya ha registrado cifras récord en envíos anticipados, aumentando la incertidumbre sobre los efectos reales de esta política a mediano plazo.
Además, la volatilidad política y económica genera riesgos para el comercio mundial, ya que cualquier desaceleración en Asia podría afectar las cadenas globales de suministro y el crecimiento económico global.
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