Volodimir Zelensky renovó este martes su propuesta de reunirse con el presidente Vladimir Putin para negociar el fin de la guerra en Ucrania. La invitación ocurre en un momento crítico: fuerzas rusas intensificaron sus bombardeos en varias ciudades ucranianas, dejando al menos un niño muerto y 41 heridos, según autoridades locales. A pesar del gesto diplomático, Moscú minimizó las expectativas de una cumbre de alto nivel.
Zelensky expresó su postura en una publicación oficial, en la que insistió en que «Ucrania nunca quiso esta guerra» y subrayó que corresponde a Rusia detener el conflicto que inició el 24 de febrero de 2022. El presidente ucraniano cuestionó la utilidad de las reuniones técnicas, como la prevista para este miércoles en Estambul, argumentando que “carecen de la autoridad política para suspender las hostilidades”.
En el terreno, los ataques rusos afectaron las regiones de Sumy, Odesa y Kramatorsk, en una ofensiva que incluyó drones y misiles. El Ministerio de Defensa ruso afirmó haber derribado 35 drones ucranianos, incluidos tres cerca de Moscú, lo que demuestra la persistente escalada militar, incluso lejos del frente de batalla.
Moscú descarta avances y endurece postura en negociaciones
Desde el Kremlin, el vocero Dmitri Peskov rechazó cualquier expectativa de avance significativo. “Queda mucho trabajo por hacer antes de considerar una reunión entre jefes de Estado”, afirmó, y recalcó que no hay motivos para esperar “avances milagrosos”. Añadió que la agenda para Estambul será “compleja” debido a las diferencias en los borradores de paz presentados por ambas delegaciones.
Actualmente, Rusia controla aproximadamente el 20% del territorio ucraniano. Pese a las declaraciones de Moscú, Kiev insiste en que es prioritario acelerar el proceso diplomático. Según funcionarios ucranianos, la dilación rusa obedece a una estrategia para avanzar territorialmente antes de ceder en la mesa de negociaciones.
La delegación ucraniana en Estambul estará encabezada por Rustem Umerov, exministro de Defensa y actual secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa. Lo acompañarán representantes de inteligencia militar, cancillería y la oficina presidencial. Entre sus prioridades están la liberación de prisioneros, el regreso de niños ucranianos retenidos en Rusia y el establecimiento de un alto el fuego previo a cualquier arreglo político permanente.
Uno de los principales obstáculos sigue siendo la exigencia ucraniana de una tregua incondicional de 30 días antes de abordar cualquier plan de paz. Moscú se opone a esa condición, considerando que le restaría capacidad estratégica en el terreno.
Mientras tanto, la guerra continúa evolucionando tecnológicamente. Autoridades militares ucranianas reportaron que Rusia lanza más de 700 drones cada noche sobre ciudades clave, en ataques diseñados para desgastar las defensas y generar terror en la población civil. Los enfrentamientos más intensos se desarrollan en los frentes oriental y nororiental del país.
Las anteriores rondas en Estambul solo lograron acuerdos puntuales, como intercambios de prisioneros y cadáveres. Esta semana, sin embargo, se espera que ambos bandos lleguen con nuevas instrucciones tras la presión internacional para reducir la violencia. Zelensky cerró su mensaje reiterando que “la paz en Europa pasa por la responsabilidad de Rusia para poner fin a esta guerra injusta”.
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