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    Tragedia aérea en Rusia: se estrella avión con 49 personas; todos habrían muerto

    Un avión modelo Antonov An-24, operado por la aerolínea regional Angará, se estrelló este jueves en una zona remota de la región de Amur, en el Extremo Oriente ruso. La aeronave transportaba a 49 personas entre las ciudades de Blagoveshchensk y Tinda, cuando desapareció del radar sin emitir señal de emergencia. Autoridades confirmaron el hallazgo del fuselaje en llamas y hasta ahora no se reportan sobrevivientes.

    El Ministerio de Situaciones de Emergencia informó que un helicóptero Mi-8 de la agencia federal de aviación, Rosaviatsia, localizó los restos del avión en llamas, a 16 kilómetros de Tinda. Las condiciones del terreno, extremadamente montañoso y de difícil acceso, han impedido que los equipos de rescate lleguen rápidamente por tierra, aunque ya se desplegó un operativo especializado para recuperar cuerpos y recopilar evidencia del siniestro.

    El helicóptero que sobrevoló inicialmente el lugar del accidente no observó signos de vida entre los restos de la aeronave. El centro de protección civil regional adelantó que las labores en tierra serán fundamentales para confirmar oficialmente los fallecimientos y comenzar el proceso de identificación de las víctimas.

    La tragedia ocurrió sin que el piloto emitiera ninguna alerta. El gobernador de Amur, Vasili Orlov, fue quien notificó primero la pérdida de contacto con el avión, luego de que desapareciera del radar en plena ruta aérea. Se desconoce por ahora si las condiciones meteorológicas o alguna falla técnica contribuyeron al accidente.

    Viejos aviones y rutas remotas: una combinación mortal en el este de Rusia

    El modelo An-24, desarrollado en la era soviética, sigue en operación en varias rutas internas rusas, pese a su antigüedad. Aunque se han implementado mejoras en algunos aparatos, las regiones más apartadas del país siguen dependiendo de estas aeronaves para conectarse con otros centros urbanos. La zona donde ocurrió el siniestro es una de las más aisladas del país, donde los traslados por tierra son prácticamente imposibles durante gran parte del año.

    Este no es el primer desastre aéreo en el Extremo Oriente ruso. En agosto de 2024, 22 personas murieron cuando un helicóptero Mi-8, también de fabricación soviética, se estrelló en Kamchatka. Tres años antes, otro Mi-8 con turistas abordo cayó en un lago por falta de visibilidad, con saldo de ocho muertos.

    Estos accidentes recurrentes han generado presión sobre el gobierno federal para mejorar los estándares de mantenimiento y renovar la flota de aviones y helicópteros que operan en rutas de alto riesgo. Sin embargo, el presupuesto limitado de muchas aerolíneas regionales, sumado a la complejidad del territorio ruso, ha postergado las reformas estructurales en el sector.

    Hasta el momento, las autoridades no han publicado la lista de pasajeros ni han aclarado si entre las víctimas hay ciudadanos extranjeros. Una comisión técnica ya fue enviada a la zona para investigar las causas del accidente. La prioridad, según fuentes oficiales, es recuperar los cuerpos y esclarecer por qué el avión perdió contacto sin previo aviso.

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