El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió este lunes que si Rusia no detiene su ofensiva militar en Ucrania, enfrentará nuevas y más severas sanciones económicas. El mensaje fue contundente: “Rusia debe detener esta guerra sin sentido. Si no lo hace, las consecuencias económicas serán devastadoras”.
En un contexto de recrudecimiento del conflicto, Trump endureció su postura ante Moscú, dejando entrever que la paciencia de Washington tiene un límite. La advertencia llega mientras continúan los ataques rusos sobre ciudades ucranianas, con un saldo creciente de víctimas y desplazados.
El mandatario no detalló cuáles serían las nuevas sanciones, pero funcionarios de su gabinete mencionaron la posibilidad de cortar completamente a Rusia del sistema financiero internacional, imponer restricciones al comercio de energía y congelar más activos de oligarcas.
Trump también afirmó que Estados Unidos reforzará su apoyo a Ucrania con armamento defensivo y ayuda humanitaria. “Vamos a respaldar al pueblo ucraniano con todo lo necesario para que resista esta agresión”, subrayó.
El Kremlin reaccionó calificando las declaraciones de Trump como “una amenaza directa”, pero no emitió respuesta formal sobre el anuncio de posibles sanciones adicionales.
El endurecimiento del discurso de Trump representa un giro respecto a sus declaraciones previas, cuando sugería que una solución negociada debía prevalecer. Ahora, el mensaje es claro: habrá presión económica máxima si no se detiene el conflicto.
Rusia podría enfrentar bloqueo financiero total
Funcionarios del Departamento del Tesoro de EE. UU. afirmaron que el equipo económico de la Casa Blanca ya prepara una batería de medidas que incluirían la suspensión de exportaciones clave hacia Rusia, el cierre de cuentas bancarias internacionales y la extensión de sanciones individuales.
Además, Washington contempla alinear a sus aliados europeos para que adopten sanciones coordinadas. Según una fuente anónima del Departamento de Estado, “esta será una estrategia de asfixia económica, no solo una advertencia retórica”.
El mensaje del presidente Trump se produce días después de que se confirmara el uso de armas de racimo por parte de tropas rusas en zonas civiles de Ucrania, lo que provocó indignación en la comunidad internacional.
Los mercados internacionales reaccionaron con cautela. El precio del petróleo subió un 2% ante temores de interrupciones en la cadena energética, y el rublo ruso se depreció frente al dólar. Analistas advierten que una escalada en sanciones podría tener consecuencias globales, especialmente si se afecta el comercio energético o de granos.
Trump también dirigió palabras a China e Irán, señalando que “ninguna potencia debería aprovechar el caos para extender su influencia” y advirtió que cualquier intento de respaldo militar a Rusia sería considerado “una agresión indirecta contra Occidente”.
Esta postura más firme fortalece la narrativa de un Trump que, pese a su retórica aislacionista, no está dispuesto a permitir avances geopolíticos de sus adversarios.
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