La empresa energética española Iberdrola oficializó su salida del mercado mexicano con la venta de sus 15 centrales operativas a la compañía renovable Cox por 4,200 millones de dólares. El anuncio fue confirmado este jueves a través de un comunicado en el que Cox detalló que la operación aún depende de la aprobación de los entes regulatorios mexicanos.
La adquisición incluye una capacidad instalada de 2,600 megavatios (MW), distribuidos entre 1,368 MW en centrales de ciclo combinado y cogeneración, así como 1,232 MW en activos renovables. También abarca una cartera de proyectos de generación de hasta 12 gigavatios (GW).
Además de las centrales, Cox se hace con la mayor empresa suministradora del país, que representa el 25 % de cuota de mercado y más de 20 teravatios-hora (TWh) distribuidos entre más de 500 clientes industriales y comerciales.
Inversión récord y apuesta por el mercado mexicano
La compañía, presidida por Enrique Riquelme, no planea detenerse ahí. En el mismo comunicado, anunció que invertirá otros 10,700 millones de dólares durante el sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum. De ese monto, 4,000 millones estarán destinados a nuevos activos de energías limpias, hasta 1,500 millones a infraestructura hídrica y un fondo para el desarrollo del bienestar mexicano.
“Dada su seguridad jurídica, México representa un mercado estratégico para Cox”, aseguró la firma, que busca integrarse al sector eléctrico nacional colaborando con la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Objetivo: consolidarse como gigante regional
La compra marca un hito para Cox, que adelantó tres años su plan estratégico previsto para 2025-2028. Se estima que cerrará el año con ingresos proforma de 3,000 millones de euros y un EBITDA de 750 millones.
“La transacción es transformacional para la compañía, elevando a Cox a un nuevo nivel en cuanto a tamaño y posicionamiento estratégico, consolidándola como una utility integrada con liderazgo sólido y reconocido”, explicó el comunicado.
Con la salida de Iberdrola, Cox planea convertir a México en uno de sus principales centros operativos en América Latina. Esto incluirá la integración de los más de 800 empleados que Iberdrola mantenía en el país, así como un enfoque en energía, agua, empleo y soluciones sostenibles adaptadas a la realidad mexicana.
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