La confianza del consumidor en México volvió a caer durante julio y acumuló su séptimo mes consecutivo de retroceso, reflejando la percepción negativa de los hogares frente a la situación económica actual y futura del país. Según datos de la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO), elaborada por el INEGI y Banxico, el indicador se situó en 45.9 puntos, lo que representa una baja anual de 1.2 unidades.
De los cinco componentes que conforman este indicador, cuatro registraron caídas respecto a julio de 2024, lo que confirma el deterioro constante de la percepción social sobre el rumbo de la economía nacional.
“La economía muestra una combinación de estancamiento y desconfianza que impacta directamente en el ánimo de consumo de las familias. Esta caída no es coyuntural, sino parte de una tendencia que ya cumple más de medio año”, advirtió un analista.
Hogares pesimistas sobre el futuro económico del país
El desglose del informe revela que el mayor retroceso ocurrió en el rubro de expectativa económica del país dentro de 12 meses, el cual bajó 3.9 puntos. Le siguió la evaluación de la situación económica del país comparada con la de hace un año, que cayó 3 unidades.
La percepción sobre la situación económica esperada de los miembros del hogar dentro de 12 meses también disminuyó 0.9 puntos, mientras que la valoración actual de los ingresos del hogar retrocedió 0.3 puntos.
Solo un componente mostró un resultado positivo: la posibilidad de los hogares para adquirir electrodomésticos en el momento actual aumentó 2.1 puntos en comparación con julio de 2024. Sin embargo, el avance fue insuficiente para compensar las otras caídas, y refleja más una necesidad de compra acumulada que una mejoría económica real.
Señales mixtas en los indicadores macroeconómicos
A la par de la caída en la confianza, el Indicador Coincidente —que refleja el estado actual de la economía mexicana— se ubicó en 99.6 puntos durante mayo, por debajo de su tendencia de largo plazo. Este indicador, también publicado por el INEGI, acumula 21 meses de contracción.
En contraste, el Indicador Adelantado de junio, que busca anticipar giros en la economía, mostró una recuperación de 0.16 puntos, alcanzando su nivel más alto desde mayo de 2021. No obstante, los expertos advierten que el alza aún no se refleja en la economía real.
“El consumo interno sigue débil. La gente no está gastando, no porque no quiera, sino porque no puede. La inflación, las tasas altas y la precariedad laboral han limitado la recuperación del poder adquisitivo”, explicó un economista del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
El panorama para 2025 y el factor electoral
La caída en la confianza del consumidor también está vinculada con el entorno político y comercial. La expectativa de renegociación del T-MEC en 2026, las presiones arancelarias desde EE. UU. y la incertidumbre sobre el rumbo del nuevo gobierno federal en México han hecho mella en la percepción de estabilidad.
En este contexto, el consumo se estanca, y con él, uno de los motores clave del crecimiento económico. La Secretaría de Hacienda aún mantiene su proyección de crecimiento para 2025 en 2.5 %, pero los especialistas la consideran optimista.
“Si el gobierno no actúa rápido para generar certidumbre fiscal y económica, podríamos cerrar el año con una caída del consumo real por primera vez desde 2020”, advierte un reporte reciente de Citibanamex.
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