El presidente de EE. UU., Donald Trump, firmó una directiva que autoriza el uso de fuerza militar contra cárteles latinoamericanos del narcotráfico, tras haberlos designado como organizaciones terroristas extranjeras. Así lo reveló este 8 de agosto el New York Times, que calificó la orden como un cambio radical en la estrategia antinarcóticos.
Según el diario, el Pentágono ya comenzó a diseñar planes para ejecutar posibles ataques en mar y suelo mexicano. La decisión abre la puerta a operaciones militares unilaterales en la región, lo que ha encendido alarmas sobre el respeto a la soberanía y los límites legales del Ejecutivo.
«Oficiales militares estadounidenses han comenzado a elaborar opciones sobre cómo las fuerzas armadas podrían perseguir a los grupos», detalla el NYT. Entre los blancos principales están el Cártel de Sinaloa y el CJNG, ambos con redes trasnacionales de distribución de drogas, incluida la metanfetamina y el fentanilo.
La portavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, defendió la medida: «La principal prioridad del presidente Trump es proteger a EE. UU., por lo que tomó la audaz decisión de designar a varios cárteles y pandillas como organizaciones terroristas».
Cuestionamientos legales y tensiones diplomáticas
La orden ejecutiva genera incertidumbre jurídica incluso dentro del propio gobierno de EE. UU. El Times advierte que podrían surgir acusaciones de asesinato si tropas estadounidenses, actuando fuera de una guerra formal aprobada por el Congreso, mataran a civiles —incluso sospechosos— que no representen una amenaza inminente.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que la administración de Trump notificó a su gobierno sobre la orden. Sin embargo, restó importancia al alcance de la medida:
“No tiene nada que ver con el territorio mexicano, tiene que ver con acciones en su país”, dijo durante su conferencia matutina.
No obstante, expertos en relaciones internacionales señalan que esta postura podría escalar tensiones binacionales. “El uso de fuerza sin consentimiento del país afectado sería una violación clara del derecho internacional”, señaló el académico Arturo Sarukhán, exembajador de México en EE. UU.
La comunidad internacional sigue de cerca esta escalada. Para muchos, es un intento de Trump por imponer una política exterior agresiva que podría tener consecuencias graves en la estabilidad regional.
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